Escándalo por hallazgo de carne de caballo en hamburguesas y lasañas crece en Europa

<STRONG>Escándalo por hallazgo de carne de caballo en hamburguesas y lasañas crece en Europa</STRONG>

BBC Mundo. El escándalo de la carne equina saltó a mediados de febrero con el hallazgo por las autoridades irlandesas en carne picada o molida producida en el Reino Unido y en Irlanda y vendida, principalmente en Tesco, la primera cadena de supermercados. 

El descubrimiento en Gran Bretaña de carne de caballo en hamburguesas y lasañas congeladas vendidas en los supermercados como productos de carne vacuna se ha convertido en un escándalo de proporciones europeas, con tintes de fraude, que salpica, en particular, a Francia.

La agencia francesa antifraude denunció un «engaño» tras el hallazgo de carne de caballo en platos cocinados pese a que el etiquetado asegura que es carne de vacuno.

Su investigación «ha permitido identificar que la carne utilizada en la fabricación de estos productos fue suministrada por un operador francés de carne», subrayó.

Poco antes, las autoridades sanitarias de Luxemburgo, lugar donde se prepararon los platos de la marca sueca Findus, habían asegurado que la carne es de origen francés.

La empresa luxemburguesa Tavola, que fabricó los productos, importó la carne de «un proveedor francés», dijo a la AFP el director de los servicios veterinarios de Luxemburgo, Félix Wildschutz, quien precisó que hay «fraude» en el etiquetado.

La francesa Comigel, que también suministra desde 2011 «lasañas de vacuno» a Findus y vende sus productos congelados en una quincena de países, acusó a un proveedor francés del engaño y anunció la retirada de todos sus productos.

Según el presidente de esta empresa la carne sería de origen rumano. «Hace ocho días nos dimos cuenta de que había un problema, tras haber sido advertidos por personas en el mercado británico», dijo Erick Lehagre.

Las autoridades sanitarias británicas pidieron el jueves por la noche a la industria agroalimentaria que «proceda con urgencia a analizar los productos preparados con vacuno para comprobar si contienen o no carne de caballo».

El escándalo de la carne equina saltó a mediados de febrero con el hallazgo por las autoridades irlandesas en carne picada o molida producida en el Reino Unido y en Irlanda y vendida, principalmente en Tesco, la primera cadena de supermercados.

Entonces se retiraron decenas de millones de hamburguesas de los anaqueles de los supermercados y Burger King cambió de proveedor por precaución.

Pero el caso ha dado un giro espectacular cuando la Agencia británica de Seguridad Alimentaria anunció el jueves que había encontrado en lasañas hasta el 100% de carne de caballo pese a que en el etiquetado anunciaba que era vacuno.

Dichas lasañas están fabricadas también por la marca francesa Comigel, y distribuidas por Findus, que anunció este viernes en un comunicado la retirada de este plato de los supermercados en Suecia.

Esta «situación es totalmente inaceptable», dice el ministro de Medioambiente, Owen Paterson.

La FSA que trabaja «en estrecha colaboración con las autoridades francesas e irlandesas «para atacar las raíces del problema», estima que no hay riesgo para la salud.

Sin embargo, existe temor de que la carne de caballo contenga fenilbutazon, un medicamento utilizado para tratar los dolores de los equinos.

Las autoridades sanitarias han prohibido que los animales tratados con este medicamento sean utilizados para consumo humano, por temor a «riesgos para la salud», precisa la FSA.

Las lasañas en el ojo de mira, vendidas en los supermercados británicos de Tesco y Morrisons, fueron retiradas de los anaqueles el lunes, según Findus. Pero Tesco y Aldi también retiraron otros productos como espaguetis boloñesa, que susciten dudas sobre su composición.

Findus, que presentó sus disculpas por el engaño en los productos, estima que no hay problemas para la salud.

Las autoridades británicas, que han movilizado a la policía, investigan el escándalo, y evocan dos «causas posibles».

«La primera podría tratarse de una grave negligencia, pero la segunda hipótesis es de naturaleza criminal,  por haber sustituido deliberadamente un producto por otro», declaró el director de operaciones de FSA, Andrew Rhodes, a la BBC Radio 4.

Los bookmakers, casas de apuestas, se regocijan apostando por los animales cuya carne podría ser detectada en productos vendidos en los supermercados: lidera el ciervo, los asnos, las ardillas o incluso las cebras.

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