Señales palpables aunque sutiles, y ni tanto, las hay, orientadas a la reelección del presidente Danilo Medina, y esta práctica revela conforme al recuento histórico, un cúmulo de corrupción mucho mayor que en los presidentes no reelectos.

Citando dos ejemplos de menor corrupción en gobiernos del siglo XX, es posible citar los presidentes Antonio Guzmán y Salvador Jorge Blanco, insisto menor corrupción, no exentos.

Los gobiernos del presidente Joaquín Balaguer (1966-1978 y 1986-1996) marcaron las lacras de la corrupción, aunque el Triunvirato que presidió Donald Reid Cabral fue la arrancada luego del ajusticiamiento del generalísimo Rafael Leónidas Trujillo.

En los gobiernos del presidente Leonel Fernández (1996-2000, 2004-2006 y 2006-12) se denunciaron varios casos de corrupción, de manera especial a dos altos funcionarios cuyos casos atasca la siempre dócil justicia con los gobernantes de turno, que es el primer segmento secuestrable.

El último sondeo Gallup-HOY reporta una aceptación de un 90% al presidente Danilo Medina, teniendo como soportes para ese porcentaje la masiva inversión por sobre los RD$l00 mil millones en educación, soporte semanal a productores agropecuarios, y la política de laissez faire, permitir que todos se comporten ante la sociedad y las leyes como quieran, sin castigo.

Un informe del Banco Mundial divulgado solo por Diario Libre los días 16 y 17 de este mes revela que un 48% del PIB es cautivo para amortizar empréstitos desorbitados, añadido al capítulo de la súper nómina estatal, en que la pobreza no ha disminuido en relación al PIB por sobre el 5%, y en una década, evalúa el BM, “el país no pudo recuperar el tiempo perdido”.

Al asumir la presidencia de Filipinas el 30-06-20l0, Benigno Aquino (Noy Noy), exhaló un vozarrón que se escuchó en el mundo: “Sin corrupción no hay pobreza”. ¡Cojollo!