En el marco del Mes de la Tierra, la relevancia de la responsabilidad social y la actuación en pro del medio ambiente por parte de las empresas y organizaciones son temas en los que se ha puesto mayor atención; pues son estos agentes, junto con las personas, quienes tienen la tarea de reducir la velocidad del impacto negativo generado por la desmedida explotación de recursos, calentamiento global y cambio climático.
Uno de los principales problemas por afrontar es la escasez de agua, que de acuerdo con la UNESCO, es un fenómeno tanto natural, como inducido por los humanos; tomando en cuenta que hay suficiente agua dulce en el planeta para satisfacer las necesidades de la población mundial de más de 8 mil millones de personas.
Sin embargo, los obstáculos primarios incluyen la distribución desigual del agua, así como su mala gestión, lo que ocasiona que mucha sea desperdiciada y contaminada de una manera insostenible.
Este mes es el recordatorio ideal para tomar acción en pro de nuestros recursos naturales y visualizar la gravedad de este problema, y cómo la falta de conciencia y la inacción nos afecta a las generaciones presentes y las del por venir.
“La realidad del cambio climático y sus implicaciones son innegables, es por ello que, cada día es una oportunidad e invitación para que más empresas, organizaciones, comunidades y personas se sumen a las acciones que cada uno puede llevar a cabo desde su posición, así como posibilidades para tratar de aminorar y retrasar las consecuencias y efectos que este ha generado; lograrlo es una tarea que nos corresponde a todos”, dijo Rodrigo Suárez, Líder de Riesgos ESG para Marsh Latinoamérica y El Caribe.
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Los expertos consideran que al menos en el sector empresarial y hablando en términos de propiedad y siguiendo las recomendaciones incluidas en los informes emitidos por la UNESCO (3.er Informe sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos en el Mundo: el agua en un mundo de constante cambio), se puede realizar lo siguiente:
Realizar un análisis de riesgos de agua: Las compañías deberán evaluar sus niveles de uso de agua, así como los posibles riesgos tanto en su operación como el impacto a la comunidad debido a la escasez de este recurso.
Este análisis debe incluir la calidad y la cantidad de las fuentes de obtención de agua, evaluando el impacto que tendría la escasez en todas sus vertientes.
Desarrollar un plan de gestión de agua: Las compañías pueden desarrollar un plan que incluya objetivos específicos de reducción de uso del recurso, mejorando la eficiencia en sus procesos que reduzca de igual forma el uso.
Invertir en tecnologías de eficiencia de agua: Las compañías pueden invertir en tecnología y procesos que reduzcan el uso de agua, esto puede incluir, por ejemplo, la instalación de sistemas de riego, sistemas de aguas de circuito cerrado, etc.
Comprometer a los accionistas de la compañía con todos los interesados: Incluyendo líderes de las comunidades locales y gobierno para entender las principales preocupaciones y priorizar posibles soluciones.
Colaborar con otras compañías: Se puede colaborar con otras compañías de la industria para desarrollar mejores prácticas de gestión del agua compartiendo conocimientos y recursos.
Riesgos presentes y futuros retos frente al impacto ambiental
Según el Informe de Riesgos Globales 2023, presentado por el Foro Económico Mundial junto con Marsh en enero de este año, la falla para mitigar el cambio climático está en el primer lugar del Top10 de Riesgos más probables de ocurrir en los próximos 10 años y en 4.º lugar de riesgos más probables a ocurrir en los próximos 2 años.
En definitiva, las acciones y estrategias de hoy se verán reflejadas en el medio ambiente que nos depare mañana, la conciencia que no se tome hoy, se percibirá en las consecuencias del futuro.
Hoy es el momento adecuado para empezar a actuar y tratar de conseguir que el planeta en que habitamos sea nuestra casa por muchos años más, muy seguramente, las generaciones venideras lo agradecerán.