Los casi tres mil estudiantes que asisten al liceo Ramón Emilio Jiménez en Los Mina, pierden hasta dos horas de clase a diario recorriendo el amplio plantel en búsqueda de una butaca.
La tarea que supone trasladarse de salón en salón, aprovechando la ausencia de otro estudiante para tomar su asiento, implica interrumpir constantemente la clase. Además, resulta en que muchos se quedan de pie o sentados en el suelo.
La directora, Criseida Sánchez, estima que el déficit de butacas asciende a unas 300, las cuales dijo han solicitado a las autoridades de Educación desde inicio del año escolar, en septiembre.
Sostuvo que una agravante es que ninguna de las 35 aulas del recinto cuenta con el mobiliario adecuado para los maestros, que se ven obligados a colocar sus materiales en los escasos pupitres.
Más allá de la escasez, las condiciones del mobiliario existente también son precarias de manera que al fondo de cada aula parece haber un cementerio improvisado de butacas que van desechando los estudiantes y que utilizan los no tan dichosos.
Tácticas de guerra. Para asegurar un asiento, los muchachos recurren a varias técnicas de supervivencia que incluye llegar cada día hasta una hora antes de la establecida y acordar con compañeros que les reserven una butaca o al menos un espacio en la suya.
Así lo confesó el alumno Adriel Pérez, de segundo de bachillerato, quien habló sobre lo incómodo que le resulta regatear una butaca diariamente en otros cursos. Además dijo que es de los que se quedan parados varias veces a la semana.
Debido a la situación, los estudiantes del cuarto F escribieron no damo silla hoy, mañana sí en la puerta del salón de clases, para evitar ser interrumpidos.
También la joven Enerlin Medrano, del cuarto de bachillerato, se quejó de que no existan las condiciones ideales para la docencia.
Dijo que debido al mal estado de las butacas, utiliza sus piernas como escritorio lo que le causa graves dolores de espalda.
Calidad de la enseñanza. El desempeño académico sufre por la falta del mobiliario escolar, ya que los alumnos no se concentran en la clase y están incómodos.
De acuerdo con declaraciones de docentes, la calidad de los aprendizajes y los resultados dependen en parte de los recursos académicos, en que un asiento es básico. María del Carmen Jáquez, Dilsia Sánchez y Alberto Díaz lamentaron que se pierda docencia todos los días.
Las claves
1. Los dichosos
Así se sienten los estudiantes que logran conseguir un asiento para recibir docencia todos los días. Llegan una hora antes o logran que alguien les reserve uno.
2. Sobrepoblación
El plantel recibe a unos tres mil alumnos diarios. De esos, 1,400 en tanda matutina; 1,500 en tanda vespertina y 900 en la nocturna.