POR SOILA PANIAGUA
Una escasez de monedas y billetes de baja denominación afecta al comercio, principalmente en Santo Domingo, denunciaron comerciantes que operan en los principales centros y arterias comerciales.
Esa situación, según comerciantes consultados está provocando inconvenientes con los clientes que piden que le devuelvan rápidamente cuando pagan con billetes de alta denominación y hasta provocan que se hagan devoluciones.
La escasez se siente más en negocios que operan en la avenida Duarte, El Conde, en la 27 de Febrero y en la Winston Churchill.
En el comercio en general se está registrando una escasez de billetes de denominaciones pequeñas y muy especialmente de monedas de RD$5, RD$10 y RD$25, dijo Pedro Pérez, presidente de la Organización de Empresas Comerciales (ONEC).
Según el dirigente comercial, esto está provocando inconvenientes con lo clientes, porque se tiende agotar rápidamente el menudo para devolver.
Se cree que los bancos comerciales los que no están haciendo las provisiones o buscaban el menudo, pues consultado al respecto, el Banco Central informó que tiene suficiente disponibilidad como para enfrentar los requerimientos de las entidades financieras.
Hacemos un llamado a las instituciones financieras para que se abastezcan considerando el incremento de actividades propias de estas fechas, dijo Pérez. La falta de monedas no sólo afecta a los establecimientos comerciales, tales como tiendas por departamentos, mueblería, supermercados y grandes almacenes.
También cafeterías, colmados y otros negocios que venden al detalle sufren los efectos de la escasez de monedas e, inclusive los vendedores de tarjetas de llamadas y chucherías que operan en los semáforos de principales avenidas.
La situación empeora en momentos en que una gran cantidad de personas sale a las calles a comprar ropa, calzados, alimentos, bebida para las fiestas y reuniones familiares que abundan en estos días, cuando también se celebra el tradicional angelito, en el que se intercambian regalos.
Entonces después que uno ha hecho una fila y va pagar con un billete, se corre el riesgo de que la cajera le diga que no hay menudo y ahí empieza el ajetreo, porque el que está atrás quiere que se avance y hasta le corta los ojos a uno. Hay gente que hasta ha devuelto lo que había comprado o deja el dinero que le sobra, claro si no es mucho, dijo una señora que salía de una tienda en Plaza Central.