La construcción de torres de oficinas modernas con apodos como Walkie Talkie y Cheesegrater (el rallador de queso) está por llegar a su término en lo alto de la City de Londres, dando la impresión de que hay mucho espacio para un sector financiero renaciente. Más cerca del suelo, los promotores inmobiliarios se preparan para un déficit de espacio.

Inversores como Blackstone Group LP, la firma más grande del mundo de compra apalancada de empresas, Brookfield Office Properties y Land Securities Group., el fideicomiso de inversiones inmobiliarias más grande del Reino Unido, están buscando edificios de oficinas desgastados de los años 1980 y comienzos de los noventas para comprar y remodelar, en tanto la demanda en alza y una escasez de espacio de primer nivel en la City hacen subir los precios y los alquileres.

“Si las estructuras de los edificios son de calidad suficiente, reposicionamos el producto y nos beneficiamos con la historia de la oferta y la demanda”, dijo por teléfono James Lock, director ejecutivo de la unidad de bienes raíces en Blackstone. La crisis crediticia de 2008 generó un estancamiento del desarrollo en la City, lo cual dejó pocas opciones a las empresas que buscan oficinas grandes.