Aunque Alemania y Francia dijeron  que Europa había actuado decididamente para salvar al euro mediante un rescate a Irlanda y que sentaron las bases de un sistema permanente de resolución de crisis de deuda, el escepticismo del mercado hizo caer el euro y llevó al alza el costo de los bonos. El euro rondaba mínimos de dos meses contra el dólar, los rendimientos de los bonos italianos saltaban y el costo de asegurar la deuda portuguesa y española tocaba máximos históricos, mientras los inversionistas se preguntaban «¿quién es el próximo?» en caer en la crisis de deuda del euro.