Escojamos la mejor opción: ¡la esperanza!

Escojamos la mejor opción: ¡la esperanza!

¡No tengan miedo! Es una de las advertencias más usadas y contundentes de nuestro Papa Juan Pablo II en sus múltiples mensajes a la humanidad. Vivimos en un mundo donde los temores y las desconfianzas buscan crecer en nuestros corazones.

Royo Marín,O.P. define la esperanza como la virtud teologal por la cual confiamos con plena certeza alcanzar la vida eterna y los medios

Necesarios para llegar a ella apoyados en el auxilio omnipotente de Dios.

Hay dos enemigos fatales contra la virtud de la esperanza: la desesperación,que considera imposible la salvación eterna y otro la resurrección, que considera la salvación del alma , fruto exclusivo de sus propias fuerzas, sin ayuda de la gracia.

Para permitir el crecimiento de la esperanza en nosotros debemos tomar encuenta que Dios es infinitamente bueno y misericordioso, pero también infinitamente justo. Está dispuesto a salvarnos, pero a condición de que cooperemos voluntariamente con su gracia.

San Agustín tiene una reflexión magistral sobre esto: Dios quien te hizo sin ti, no te salvará sin ti.

Contra la desesperación y el desaliento debemos tener siempre en cuenta que la misericordia de Dios es incansable en perdonar al pecador arrepentido, y que si es cierto que por nosotros mismos nada podemos, con la gracia de Dios seremos capaces de todo.

En cuanto al sufrimiento, la esperanza nos anima a levantar nuestras miradas al cielo acordándonos que las tristezas de este mundo no son nada en comparación de la gloria que ha de manifestarse en nosotros, (Rom 8,13), y que si sabemos soportarlas santamente, estos momentáneos sufrimientos nos preparan una sublime gloria (2 Cor 4,17).

Por tanto, desde hoy hasta la eternidad podemos disfrutar viviendo en la esperanza, intensificando nuestra confianza en Dios y en su gran auxilio lo que en consecuencia nos traerá una paz y serenidad inconmovibles donde n las calumnias, burlas, enfermedades, fracasos podrán perturbar el sosiego de nuestro espíritu.

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