El escritor Manuel Andrés Brugal Kunhardt narró los pormenores de la preparación y el trágico fracaso de los expedicionarios de Luperón, el 19 de junio de 1949, en un frustrado intento por derrocar al dictador Rafael Leónidas Trujillo, suceso que terminó con el fusilamiento, la persecución, la inmolación y la prisión de los jóvenes combatientes dominicanos y extranjeros.

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Brugal Kunhard, economista, ingeniero civil y empresario, quien perdió varias parientes en la dictadura de Trujillo, impartió la conferencia “La Expedición de Luperón contra Trujillo: 75 Años», en la que destacó la trascendental labor del dominicano Juan Rodríguez García (Juancito) en la organización de Expedición de Luperón, el rico hacendado de Moca, que en 1946, decidió abandonar su país con el propósito de combatir a Trujillo desde fuera y su lucha por la libertad de los dominicanos, no ha sido suficientemente reconocida. Dijo que tampoco se puede narrar la historia de esa gesta sin mencionar el trabajo que realizó el Frente Interno de Liberación, organización clandestina creada en Puerto Plata, bajo el liderazgo de Fernando Spignolio Mena.

Su conferencia fue en el Museo Nacional de Historia y Geografía, a invitación de esta entidad y del Museo Memorial de la Resistencia Dominicana, para familiares de excombatientes, de víctimas de la era de Trujillo, historiadores, escritores y de directos de los museos. Contó la forma como Juancito vendió todas sus propiedades y salió del país, primero para Puerto Rico, luego para Cuba y otras naciones, en busca de apoyo económico, de militares y comparar armas y aviones para efectuar un desembarco en el 1949, por la bahía de Gracia, en el poblado de Luperón, para terminar con el Gobierno del tirano, pero cuya misión fracaso por las delaciones, entre las que cita la de Alberto Bayo, oficial de la fuerza aérea española, que vivía exiliado en México y la de Joaquín Balaguer, cuando era embajador dominicano en México.

Expuso la forma como fueron delatadas las expediciones perdiendo armas, los aviones y a sus expedicionarios, de las que solo una aeronave logró desembarcar al territorio dominicano, en un el hidroavión, de los que cuatro de sus ocupantes fallecieron dentro, en llamas. “Afirmó que “todos fueron ejemplos de heroísmo, mostrado desde el mismo momento en que se comprometieron a venir a luchar en un contingente de apenas doce combatientes. Lo hicieron con esperanza, no con ingenuidad, pues sabían a lo que se exponían, pero vencieron el miedo y decidieron venir a combatir por sus sueños de libertad y justicia”.