Escritor quiere que EU se interese más por AL

Escritor quiere que EU se interese más por AL

POR LEONORA RAMÍREZ S.
¿Cuándo usted va a escribir el manual del perfecto idiota norteamericano?, le preguntó un chico ácido a Alvaro Vargas Llosa, el periodista y escritor peruano que junto con Plinio Apuleyo Mendoza y Carlos Alberto Montaner redactó “El manual del perfecto idiota Latinoamericano”, en la década de 1990.

Este canoso limeño, de 40 años, graduado en historia internacional en el London School of Economics, y residente en Washington, Estados Unidos, le respondió que una de sus obsesiones es lograr que ese país se interese más por Latinoamérica, y no solamente porque aparezca un Hugo Chávez en Venezuela.

Es obvio que con esa respuesta el periodista quedó insatisfecho, pero en el fragor de las discusiones sobre los destinos de las izquierdas latinoamericanas se pasó por alto el subterfugio de Vargas Llosa, expuesto en el almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio.

CARNIVOROS Y VEGETARIANOS

A propósito del imperio del Norte, el hijo del escritor Mario Vargas Llosa planteó que esta es la década de las izquierdas latinoamericanas, y lo dijo en plural porque para él ese sistema político tiene tres vertientes en la región.

Una moderada, otra ideológica o vegetariana y la última, económica o carnívora.

El presidente Leonel Fernández está entre los izquierdistas moderados, que cataloga también como razonables y socialdemócratas, igual que Michel Bachelet, Ignacio –Lula- Da Silva y Tabaré Vásquez, de Chile, Brasil y Uruguay, respectivamente.

Los carnívoros son Hugo Chávez, de Venezuela, y Fidel Castro, de Cuba. El renglón de los vegetarianos lo dejó desierto.

NEOLIBERAL A CAPA Y ESPADA

Vargas Llosa asistió al encuentro del Grupo Corripio en compañía de Gina Majluta y Pedro Dájer, de la Fundación para el Desarrollo Integral de la Sociedad, así como de Iván Campo, de la Fundación Global Democracia y Desarrollo (FUNGLODE).

El autor de los libros “Rumbo a la libertad” “El diablo en campaña”, “La contenta barbarie“, “El exilio indomable” y “Cuando hablaba dormido”, prefiere las novelas de Mario Vargas Llosa, su padre, a los ensayos.

Y entre esas “Conversación en la catedral” es la que más le apasiona, porque refleja una  parte de la historia del Perú del siglo  pasado.

Es  un defensor del neoliberalismo y, por tanto, considera que esa teoría económica no tuvo éxito en la región porque se aplicó inadecuadamente, ya que hubo una suerte de conciliábulo entre el Estado, agentes privados y los reguladores de las empresas privatizadas.

Cualquier parecido con la realidad dominicana es pura coincidencia…

Sin partidos… El caos

Las manos de Alvaro son pequeñas y delgadas y el parecido con su padre es impresionante, sobre todo por la nariz de águila.

Habla despacio, como todos los suramericanos y conoce muy bien la historia contemporánea dominicana, ya que visitaba el país frecuentemente por la grabación del programa internacional Planeta Tres, cuya conducción compartía con el también peruano Jaime Beily, en los 90.

Para él, aunque  produzca un cierto disfrute intelectual pensar en la desaparición de los partidos políticos, debido a su carencia de credibilidad, es mejor que persistan porque sin ellos colapsan los sistemas democráticos.

En ese sentido puso como ejemplo al Perú, un país que tuvo que optar por  un candidato como Alberto Fujimori (que es perseguido por la justicia peruana por diversos cargos), debido a la ausencia de líderes confiables.

Los más derechistas del Grupo Corripio fruncieron el ceño porque pensaron que, quizás, República Dominicana esté en ese camino.

Pero no se asusten, según Vargas Llosa todavía los partidos dominicanos son fuertes y la gente,  aunque incrédula, hace vida política y los legitima.

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