Londres (EFE).- La escritora británica Joanne K. Rowling, autora de los libros de Harry Potter, ha expresado en su sitio web su preocupación porque sus dos hijas crezcan con “la cabeza hueca, obsesionadas con ellas mismas y como clones escuálidos”, en una crítica al estilo de vida de las modelos.

La escritora señala que no quiere que sus hijas Mackenzie, de un año, y Jessica, de 12, imiten a mujeres cuyo único trabajo es promover el comercio con “bolsos de precios desorbitados y perros con tamaño de ratas”.

“Preferiría que fueran independientes, idealistas, amables, obstinadas, originales, divertidas y miles de cosas más, antes de que sean delgadas”, expresa la autora de “Harry Potter y el misterio del príncipe”.

Rowling, residente en Edimburgo (Escocia), explica que esta preocupación surgió en un viaje reciente a Londres, cuando vio en una revista unas fotos de una mujer muy joven, según la escritora, que o bien estaba enferma muy grave o bien sufría algún trastorno alimentario.

“Ella puede decir que come en cantidad, que está muy ocupada y que tiene el metabolismo más rápido del mundo, pero su estómago cóncavo, con las costillas que sobresalen y brazos delgados me cuentan una historia diferente”, indica la escritora.

“Esta chica necesita ayuda -prosigue Rowling-, pero tal y como es el mundo, aparece en la portada de una revista”.

La creadora de Harry Potter también cuenta una conversación que le impactó con uno de los jóvenes actores de la última película sobre el mago, que le habló de una compañera de clase a la que llamaban “gorda”.

La escritora defiende que estar gordo no es malo y sostiene que ella se gana la vida utilizando el cerebro.