La escritora Ángela Hernández reiteró su propuesta de que en cada municipio del país sean creadas bibliotecas públicas que garanticen una gran calidad de contenido y de servicios.
Que tengan una cantidad de libros selectos de la literatura universal y dominicana: qué esté todo lo que tiene que estar dijo.
La escritora dio estas declaraciones cuando, junto a Mateo Morrison y Federico Jóvine Bermúdez, le fue entregada la Medalla de la Poesía, en el marco del X Festival de la Poesía en la Montaña, celebrado en el Centro Salesiano de Pinar Quemado, de Jarabacoa.
Dijo que estos espacios de cultura deben estar a cargo de personas bien entrenadas para dar un servicio de calidad y que incluyan préstamos de libros y estén dotados de todo el material de consultas necesario para estudiar. Deben ser un pilar en la calidad de la educación expresó.
A su juicio, esas bibliotecas deben ser un foco de actividades culturales, educativas y comunitarias brindando tanto servicios como obras y tomando en cuenta las necesidades de la comunidad para que haya un despliegue de labores constantes de modo que la juventud, niños y niñas y público en general acudan a ella con regularidad.
Los servicios de la biblioteca pública se prestan sobre la base de la igualdad de acceso para todas las personas, sin tener en cuenta su edad, raza, sexo, religión, nacionalidad, idioma o condición social y quiero que cada persona se convierta en vocero y activista de la idea en cada municipio dijo, abogando principalmente porque sean los activistas culturales y los intelectuales los multiplicadores de esa idea.
La escritora Hernández manifestó que la responsabilidad de esos centros debe recaer, fundamentalmente, en los ayuntamientos y el Ministerio de Cultura y para esos fines invocó la Ley 502-08, del Libro y Bibliotecas y la número 17-07 que instituye el Sistema de Presupuesto Participativo Municipal y que, incluso, el establecimiento de biblioteca sea un criterio para la evaluación municipal.
A su entender no puede haber decenas de bancas de apuestas y cero bibliotecas. Dijo que particularmente, ella está en disposición de aportar los nombres de mil títulos de obras que deberían ser indispensables para cualquier biblioteca.