El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel. Lucas 16: 10
A cada momento somos probados. No es más que Dios tratando de que nos ganemos Su confianza para poder delegarnos responsabilidades y Él estar seguro de que lo haremos conforme a Su propósito. Para ser merecedores de esto necesitamos ser aprobados, listos para todo lo que nos mande hacer, y sin excusa, habiéndonos comprometido con Dios no con el hombre. Porque ahí es donde fallamos, cuando no estamos conscientes de quién es Aquel a quien servimos.
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Estamos acostumbrados a hacer las cosas para que los demás nos vean, donde seamos vistos. Pero a Dios no Le interesa esto; Él está buscando aquellos a quienes no les importa lugar ni condición, tan solo que quieran agradarlo.
Por eso, las pruebas dicen realmente nuestras verdaderas intenciones, y son las que nos califican o descalifican delante del Señor. Escudriñemos nuestro corazón para conocer si somos dignos de Su confianza. Si descubrimos que no lo somos, sometamos todo ego, orgullo, vanidad, arrogancia, prepotencia, que nos lo impide y está robándonos la bendición.