Escuela 600 alumnos está en ruinas

Escuela 600 alumnos está en ruinas

POR MARIEN A. CAPITAN
NAJAYO EN MEDIO, San Cristóbal.-
Si el futuro de los niños depende del acceso a la educación, el de los 600 alumnos de la Escuela Básica Najayo en Medio está en ruinas: el año escolar, como su plantel está prácticamente destruido, aún no ha sido iniciado.

Aunque la directora del centro, Marianela Pérez, aseguró que están haciendo las diligencias para conseguir algunos locales prestados, la realidad es que todavía no está claro si los niños tendrán dónde recibir docencia la semana próxima.

«Hasta el momento estamos buscando algunas alternativas en la comunidad. Aquí no hay condiciones para poder comenzar el año escolar. Estamos en una temporada ciclónica; sería mucho riesgo», señaló Pérez.

Tras afirmar que se comunicó con las autoridades locales y que le manifestaron que les construirán cuatro aulas provisionales cuando tengan los materiales para hacerlo, Pérez indicó que esas aulas se levantarían en el patio. El problema, subrayó, es que eso no estaría listo hasta dentro de algunos meses.

Por el momento, señaló la directora, les han prestado un centro comunal y un club de dominó. En cada uno de los espacios colocarán dos aulas, lo que significa que sólo cuentan con cuatro. A falta de seis más, Pérez manifiesta que todavía no comenzarán las clases.

«Estamos buscando que la comunidad nos preste más locales porque eso no nos alcanza. Aquí dentro no se puede hacer nada; no sabemos si podremos trabajar el próximo lunes», agregó Pérez.

ENTRE GRIETAS Y HUECOS

En marzo pasado los maestros y estudiantes de la escuela marcharon por las calles de Yaguate para protestar por la paralización de los trabajos de reparación de su plantel,.

La marcha, sin embargo, no les sirvió de nada: las obras, que se detuvieron en noviembre del año pasado, nunca se reiniciaron. Producto de ello, durante el año pasado los alumnos recibieron docencia bajo árboles, en marquesinas de casas de familias, clubes, iglesias y casas prestadas.

Mientras ahora están en búsqueda de lugares similares (los que usaron durante el año escolar pasado no están disponibles) para poder dar clases, los estudiantes ven con resignación cuál es la situación de su escuela, que data del período de los doce años del ex presidente Joaquín Balaguer. 

Para empezar, podría resumirse diciendo que el plantel es un conjunto de grietas y huecos. Mientras las grietas obedecen a los vicios de construcción, los huecos de las paredes se hicieron con la finalidad de reforzar las vigas, columnas y líneas de blocks.

Por otra parte, llaman la atención los troncos de maderas que sostienen el techo, los suelos a medio poner o totalmente quitados, los pupitres amontonados en lo que una vez fueron aulas, las varillas al aire por falta de cemento y los mosaicos que, apilados en un rincón, comienzan a romperse antes de haberse colocado.

La imagen de esta escuela, si es que se puede llamar así, es tan triste como indignante: mientras en la ciudad se habla de nuevos decretos y nombramientos, aquí hay 600 infantes que no saben si podrán continuar educándose.

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