Escuela El Fundo, en Baní, tiene déficit de aulas y  butacas

Escuela El Fundo, en Baní, tiene déficit de aulas y  butacas

Baní, Peravia
Llamar a un estudiante a la pizarra o acercarse al asiento de algún niño para verificar una asignación son de los retos diarios que enfrentan los profesores de la escuela El Fundo, en esa localidad.

Con una sobrepoblación de entre 60 y 68 niños por aula, los docentes afirman que todos los días improvisan un nuevo modelo pedagógico, que dista mucho de los estándares de calidad conocidos.

“Uno crea formas para que se ayuden entre ellos”, dijo Mártires Avalo, profesora de 63 alumnos en el cuarto curso de básica. Observó que es casi imposible verificar su desempeño individual.

Una opinión similar ofreció Carmen Rodríguez, del séptimo curso, quien a menudo imparte docencia desde la puerta, porque las butacas llenan el salón de clases casi hasta topar la pizarra.

La escuela El Fundo fue inaugurada en 1978 y no ha sido ampliada ni remozada desde entonces, a pesar del rápido crecimiento de la matrícula escolar.

Mientras tanto, la escuela, que este año tiene  1,750 inscritos, funciona con un déficit de 200 butacas, por lo que todos los días decenas de niños toman clases sentados en el piso, de pie o  la compartiendo la butaca con uno de sus compañeros.

Anti-pedagógico.  El director, Juan Luis Romero, dijo que la comunidad tiene tres años solicitando la ampliación de la escuela con al menos cinco nuevas aulas que permitan ubicar al nivel inicial en un espacio adecuado y descongestionar a las demás.

A pesar de que reconoce que la forma en que se imparte la docencia es anti-pedagógica, afirma que nunca rechazan la inscripción de un niño para que no se quede fuera de las aulas.

Lamentó que lo más cercano que la comunidad ha recibido como respuesta de las autoridades es que el año pasado, se presentaron al plantel técnicos de la cartera que confirmaron la situación e hicieron mediciones en el recinto, pero que nunca regresaron.

“Los maestros hacen malabares y no creemos que se pueda dar educación de calidad de esta forma”, insistió la subdirectora, Olga Lora.

Otras necesidades.   El director de la escuela calificó de urgente la necesidad de que se eleve la verja perimetral del recinto, ya que personas ajenas al plantel penetran durante las horas de clase, interrumpiendo las labores, y en las noches roban pertenencias.

Además, la escuela requiere de un salón de actos, laboratorios, biblioteca y un espacio adecuado para el nivel inicial.

Zoom

Difícil para todos

Las precariedades de espacio de la escuela afecta por igual a estudiantes y profesores, que conviven en un recinto que les parece incómodo. De esta forma, como atestiguaron, la jornada educativa transcurre en medio de los pesares y las quejas de ambos lados, porque les afecta el calor, la falta de espacio y el bullicio. Para un estudiante  acercarse a la pizarra tiene que atravesar un “laberinto” por la sobrepoblación.

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