Escuela en construcción aguarda cientos alumnos

Escuela en construcción aguarda cientos alumnos

POR MARIEN ARISTY C.
BARAHONA.-
Cuando los estudiantes de la Escuela El Tanque regresen a las aulas el próximo lunes verán con tristeza que sus sueños no se convirtieron en realidad puesto que, a pesar de que está levantado en más de un ochenta por ciento, su plantel no fue terminado durante el período de vacaciones.

Es por eso que tendrán que volver a recibir docencia en los viejos y calurosos pabellones cuyas planchas de zinc están ajadas y llenas de agujeros. También en las aulas sin terminar de la nueva edificación que, como tienen las escaleras a medias, se convierte en un peligro para los niños que tienen altas dosis de curiosidad.

Ubicada en el barrio Nuevo Amparo del Batey Central, la escuela está en un muy amplio terreno y cuenta con una nueva verja perimetral y tres edificios en los que está previsto que haya de todo: salón multiusos, cocina, laboratorios, oficinas administrativas y doce aulas. 

Unidos por un par de pasillos, la planta baja de los tres bloques ya tienen los pisos colocados. Algunos, sin embargo, han empezado a hundirse porque los desagües todavía no se han colocado y el agua los ha estado erosionando.

UNA CONSTRUCCION DE AÑOS

La construcción de la Escuela El Tanque data del primer cuatrienio del presidente Leonel Fernández, cuando hicieron la zapata y levantaron algunas de las columnas. Fue en el gobierno de Hipólito Mejía, según cuenta el vigilante, que dejaron la obra casi lista.

Es que la mayor parte del edificio ya está empañetada y los platos han sido echados. Respecto a los pisos, sólo falta colocar los mosaicos de los suelos de la segunda planta.

En cuanto a lo que falta, es urgente hacer los desagües y terminar las dos escaleras que dan acceso al segundo nivel: con tablitas que hacen las veces de escalones, es un riesgo atreverse a subir.

Cuando alguien lo hace, descubre que en algunas aulas quedaron pendientes de terminar los marcos de las puertas. También llaman la atención los charcos que se suceden en las esquinas de las aulas por la ausencia de drenaje.

Pero la humedad no sólo se ve en los suelos sino que está latente en las paredes. También en los escalones de la entrada, donde ha crecido la hierba para “decorar” el ambiente.

Otro elemento que le da un toque a la escuela son la vieja pizarra y las pocas butacas gastadas que han sido colocadas en dos de las aulas que se están utilizando en la actualidad y que esperan mudas mientras los niños vuelven hasta ellas.

Cuando lo hagan verán que no llegaron las ventanas, ni las puertas, ni las butacas, ni las pizarras, ni la pintura ni las escaleras… todavía tendrán que esperar hasta que las autoridades decidan terminarles su plantel.

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