El reverendo José Luis Hernández del Liceo escuela Parroquia San Pablo Apostol, habla sobre la siruación del plantel escolar/foto Jose de Leon
Sacerdote José Luis Hernández dice plantel está deteriorado; peligro contagio sigue latente
La Escuela Parroquial San Pablo Apóstol decidió no reabrir a los alumnos a partir del primero de abril, debido a que la infraestructura de ese plantel se está cayendo a pedazos y constituye un peligro para cientos de alumnos de la comunidad.
El sacerdote José Luis Hernández, párroco de la iglesia San Pablo, en el sector La 40 de Cristo Rey, considera que además no existen las condiciones sanitarias para un reintegro a clases mediante la presencialidad, debido a que los focos de contagios están latentes.
Hernández expresó que previo consenso con la Sociedad de Padres y Amigos de la Escuela, decidió no recibir a los alumnos para el día 6 de abril hasta tanto el Ministerio de Educación disponga la reparación del plantel que congrega a más de 500 estudiantes del nivel básico y a más de 900 en el nivel medio.
Sostuvo que la planta física de la escuela San Pablo muestra un progresivo deterioro en filtraciones, grietas, en el sistema energético y falta de seguridad.
“Cuando llueve cae el agua dentro, pero cuando no llueve entonces se desprende el pañete, la pintura, por lo que esas condiciones no vamos a dar clases”, señaló.
Recuerda llevan una lucha por más de dos años con tres ministros de Educación, ya que empezaron con Andrés Navarro, luego Antonio Peña Mirabal y ahora con Roberto Fulcar, sin obtener resultados.
Precisó que en la pasada gestión se logró que por lo menos hicieran el levantamiento, un presupuesto, así como la promesa de iniciar de manera inmediata.
Además, el sacerdote Hernández estima que todavía no existen las condiciones sanitarias para regresar a los niños y los profesores a las aulas.
Sostuvo que la modalidad de asistencia a clases por grupos no funcionaría, ya que los profesores tendrían que repetir la misma clase conglomerados, a parte de tener que seguir con la virtualidad.
“El maestro estaría repitiendo las clases, tendrá que partirse en dos, darle seguimiento virtual a los que están en sus casas y a los que van a las aulas, el proceso enseñanza aprendizaje sería muy lento”, advierte.
Cree que los más de 1,400 alumnos del sector La 40 se quedarían sin recibir el pan de la enseñanza, porque no están dispuestos a arriesgar sus vidas.