La escuela de Psicología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) pidió ayer al presidente Luis Abinader y a las autoridades de Salud Pública facilitar a la población dominicana el acceso a la atención psicológica.

Durante una rueda de prensa, el decano de Humanidades y la directora de psicología, Augusto Brea y Jacqueline Ureña, indicaron que “la demanda de atención de los ciudadanos amerita una respuesta sostenida desde los diferentes niveles en que se entregan servicios de salud”.

Deploraron que pese a la pandemia del covid-19, las distintas aseguradoras de riesgos de salud (ARS) no tienen cobertura para psicología, salvo excepciones.

Igualmente exigieron al ministro de Salud Pública, Daniel Rivera, que deje de postergar la inclusión de profesionales de la psicología en la estrategia de atención primaria mediante los Centros Comunitarios y las Unidades de Atención Primaria (Unap).

En este orden, afirmaron que la incorporación de programas basados en la ciencia psicológica contribuiría a educar en salud, a promover patrones de comportamiento saludable y a prevenir trastornos psicológicos, además de dolencias físicas en las personas que usan los servicios.

Por lo que expresaron de manera categórica que el Servicio Nacional de Salud debe tener la psicología como aliada de la atención y recuperación de la población dominicana, en consecuencia, establecer los servicios de psicología en la geografía nacional donde exista algún hospital.

Trastornos más acentuados tras la pandemia. La directora de la Escuela de Psicología de la UASD aseguró que desde que llegó la pandemia del covid-19 en el país se han agudizado los problemas psicológicos en los ciudadanos, tales como la ansiedad, también el maltrato hacia los infantes y adolescentes, la depresión y la violencia en todas sus manifestaciones, así como el uso de sustancias psicoactivas y de alcohol.

Dijo que desde que llegó el virus al país las consultas de psicología privadas se multiplicaron y que en el Centro de Salud Mental de la UASD se han atendido a 500 personas, de las cuales el 65% fueron hombres y el 35% mujeres y que la mayoría presentó trastorno de ansiedad, pánico, depresión, bipolaridad y conflicto adaptativo.