Escuelas públicas y colegios privados

Escuelas públicas y colegios privados

Por exigirles a los padres de familias la firma de un pagaré notarial poniendo en garantía de pago los bienes muebles e inmuebles que posean, dueños de colegios privados han sido muy criticados por destacadas figuras de la vida nacional, entre ellos, por Su Eminencia Reverendísima, Nicolás de Jesús Cardenal López Rodríguez, quien tuvo a bien recordarles a esos señores que la educación es un derecho universal de las personas.

Es a los gobiernos, en el caso que nos ocupa, al gobierno dominicano, a quien le compete garantizarles a todos los ciudadanos dominicanos (plural genérico) el derecho a tener acceso a un sistema de educación pública gratuito y de calidad. Al efecto, el presidente Danilo Medina ha manifestado en varias ocasiones su interés en hacerlo.

Refiriéndose a la medida tomada por dueños de colegios privados para asegurar el pago de las mensualidades de parte de los padres de sus alumnos, el Cardenal López Rodríguez dijo que se trataba de una decisión “extraña e imprudente”. Pero, no tenemos otra alternativa diferente a la descifrar las veleidades del mundo en que nos ha tocado vivir. Eso sí, al hacerlo, pongamos cada persona y cada cosa en el lugar que le corresponda. A los otrora líderes choferiles y consagrados luchadores contra “el imperialismo yanquis y la reacción criolla” hoy les enrostramos el calificativo de empresarios del transporte. De la misma manera, en vez de calificar a ciertos de dueños de colegios privados como  “esforzados educadores”  debemos de adjetivarlos  como lo que son: empresarios o dueños de negocios, por cierto, muy rentables. Claro está en que nada de malo hay en que los sean.     

La Ministro de Educación Superior, Ciencia y Tecnología aboga porque los padres de familias matriculen sus hijos en escuelas públicas tras entender que muchas de ellas tienen el mismo nivel de excelencia que los mejores colegios privados. Hacemos nuestra la propuesta de la destaca educadora sin dejar de reconocer que en el imaginario de muchos la   escuela pública va asociado al desorden y a la pérdida de tiempo. Y que pocos saben  que en los liceos Unión Panamericana, Estados Unidos de América, Víctor Estrella Liz, Politécnico Loyola, Politécnico de Cristo Rey, por solo nombrar unos cuantos, se ofrecen enseñanzas  de igual o superior calidad que las ofrecidas en los mejores colegios privados del país. Lo mismo ocurre en las escuelas y liceos anexos a las facultades de educación de nuestras universidades.  Prueba de ello es que, en la actualidad, más de tres mil bachilleres egresados de liceos públicos cursan estudios de grado en universidades extranjeras de renombre, becados por el Ministerio de Educación, sin que hasta el momento se haya registrado entre ellos una sola deserción. 

Escuchamos a un líder empresarial expresarse de la escuela pública en estos términos: “la precariedad cualitativa de la escuela pública dominicana ha contribuido a ocasionar una especie de segregación social por medio del cual se intensifican muchas de las inequidades que resultan del comportamiento económico”. Tenemos a bien recordarle a  ese caballero  que si los gobiernos que se han sucedido desde el ajusticiamiento de Trujillo en adelante hubiesen cumplido con lo especificado en la Ley 66-97 de que el gasto público anual en educación pre-universitaria fuera de un 4% del PIB, tal y como  en su oportunidad cumplieron con las Leyes de Protección, Incentivo Industrial y de Protección al Turismo, la enseñanza pública fuera de mucho más calidad  que la de hoy.

Los padres de familia que no disponen de suficiente recursos para financiar los estudios de sus hijos en colegios privados deben matricularlos en escuelas públicas sin tener que preocuparse por eso. Deben tener muy en cuenta que en la formación de sus hijos pesa más la educación que de ellos reciben en sus propios hogares que la que se ofrece  en las escuelas o en los colegios a los que sus hijos asisten. Volveremos sobre el tema.

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