Escuelas rechazan niños
afectados con VIH/Sida

Escuelas rechazan niños <BR>afectados con VIH/Sida

POR ALTAGRACIA ORTIZ GÓMEZ
Numerosos niños infectados con el Virus de Inmunodeficiencia Humano (VIH) que produce el Sida son rechazados en las escuelas del país, dijo ayer Tanya Medrano, directora de la organización Proinfancia. Medrano citó el caso de «Esther», de siete años, huérfana y portadora del virus del VIH.

Explicó que asistió a la escuela hasta que la directora del plantel se enteró de la causa de la muerte de los padres de la niña y de que también estaba infectada.

«Para qué la mandan a la escuela si como quiera se va a morir?»,  dijo la directora, afirmó Medrano.

La directora de Proinfancia pidió, con motivo de la conmemoración del Día Mundial del SIDA, que cese la discriminación contra quienes padecen esa enfermedad.

Como «Esther», hay muchos otros niños que son rechazados en las escuelas por estar infectados con el VIH y a quienes se les niega el derecho fundamental a la educación, sostuvo la directora de Proinfancia.

El estigma y la discriminación en las escuelas se manifiesta ente los directores, los maestros, las madres y padres, y entre los alumnos, dijo.  

También se refirió al caso de Miguel, un niño de nueve años, también huérfano que vive con su abuela. Miguel, dijo Medrano, era rechazado constantemente por sus compañeros de clase, quienes le voceaban palabras ofensivas que hacían alusión a su salud. Tal era el maltrato que recibía, que su abuela decidió retirarlo de la escuela para que el niño no siguiera sufriendo.

Situaciones como las mencionadas, dijo Medrano, ocurren tanto en centros educativos  públicos como privados y, paradójicamente, hasta en aquellos que se fundamentan en principios cristianos.  «Hay centros educativos que hasta exigen una prueba de VIH a los nuevos alumnos como requisito de ingreso, negándole de plano a los niños y niñas infectados el acceso al centro escolar», afirmó.

En el país existe un marco legal que respalda a estos niños y niñas en su derecho a la educación y al trato justo, explicó, como es el caso de las leyes 136-03 para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes, y la 55-93 sobre Sida. 

La Ley 136-03 establece en su  capítulo V,  artículo 45, párrafo 1 que «la educación básica es obligatoria y gratuita. Tanto los padres y madres como el Estado son responsables de garantizar los medios para que todos los niños y niñas completen su educación primaria básica».

La ley de SIDA 55-93 establece, a su vez, en el artículo 24 Capítulo III que «a los niños y adolescentes infectados, y a los hijos de madres o padres infectados, independientemente de su condición de portadores del VIH o no, no podrá negárseles por la referida causa su ingreso o permanencia en centros educativos públicos o privados, ni serán discriminados por motivo alguno.»

Pero las actitudes de rechazo y discriminación no sólo afectan a los niños y adolescentes en el ámbito académico, sino que también les ocasionan  sufrimiento emocional, afectan su autoestima y limitan su interacción social, manifestó Medrano.

Estas actitudes están fundamentadas en el temor de los padres que otros niños se vayan a infectar y de los directores de escuelas de que los padres decidan retirar a sus niños del centro escolar. «Es necesario, pues, que se desarrollen programas en las escuelas orientados a aumentar los niveles de información sobre el VIH/SIDA, a reducir el estigma hacia los niños y adolescentes infectados y afectados», expresó.

A su juicio, eso contribuiría a crear un ambiente de mayor respeto y solidaridad en las escuelas hacia los niños y niñas vulnerables por VIH/SIDA, y permitiría a los mismos iniciar o continuar sus estudios sin temor al rechazo y el maltrato.

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