Escuelas venezolanas: Violencia y poca enseñanza

Escuelas venezolanas: Violencia y poca enseñanza

Fotografía del 1 de junio de 2016 muestra a un estudiante apoyando la cabeza sobre un escritorio durante una clase en una escuela secundaria pública en Caracas, Venezuela. La tasa anual de abandono de escuela secundaria se duplicó a 11% desde 2011 y a las escuelas les falta personal debido a que profesionales están abandonando el país. (AP Foto/Ariana Cubillos)

Venezuela. — María Arias puso sus cuadernos en su mochila, tomó una banana para compartir con su hermano y su hermana y se encaminó hacia su escuela secundaria a través de calles estrechas y tan violentas que los taxis no se aventuran por este barrio, no importa lo que les paguen. Esperaba que al menos uno de sus profesores fuese a clase. Pero la clase de Arte de las 7 de la mañana fue suspendida luego de que el profesor se reportase enfermo.

La de Historia había sido cancelada. No hubo clase de Gimnasia porque el profesor fue asesinado a tiros pocos días antes. Por la tarde, el profesor de Español recogió las tareas que había asignado y envió a los chicos a sus casas para acatar un toque de queda impuesto por las pandillas.

“Te sientes atrapada”, dijo la niña de 14 años, con los labios pintados de rosado, sentada a la sombra de un mango en la entrada de la escuela. “Tú esperas, y esperas y esperas para horas. Pero hay que venir para salir de aquí”.

La creciente crisis económica y los altos índices de delincuencia que sufre Venezuela están haciendo añicos el otrora respetado sistema educativo del país, privando a estudiantes como María de su única posibilidad de aspirar a una vida mejor. Oficialmente, Venezuela ha cancelado 16 días escolares desde diciembre, incluidas las clases de los viernes, por la crisis energética.

En realidad, sin embargo, los niños venezolanos se pierden un 40% de las clases, según calcula un grupo de padres, y aproximadamente una tercera parte de los maestros no van a trabajar un día a la semana para hacer fila en los supermercados en busca de comida.

En la escuela de María tantos alumnos se han desmayado de hambre que los directores les dicen a los padres que los dejen en sus casas si no han comido. Y si bien las escuelas cierran con llave sus puertas todas las mañanas, ladrones armados, a menudo adolescentes, se las ingenian para ingresar y robar a los alumnos en los recreos. “Este país ha abandonado a sus niños.

Las consecuencias van a ser gravísimas. No se verá inmediatamente, sino a futuro, y esto no es recuperable”, afirmó la portavoz del Movimiento de Padres Organizados Adelba Taffin.

Venezuela es un país joven. Más de una tercera parte de la población es menor de 15 años y hasta hace poco las escuelas eran de las mejores de América del Sur.

El finado presidente Hugo Chávez hizo de la educación una de las piedras fundamentales de su revolución socialista y usó la riqueza derivada a un boom petrolero para capacitar maestros y distribuir computadoras portátiles gratis. Incluso renovó la escuela de María, que da clases a 1.700 estudiantes, e instaló una nueva cafetería.

En pocos años, todo ese progreso quedó en la nada. Una caída de los precios del petróleo combinada con años de mal manejo de la economía ha causado estragos.

La tasa de deserción escolar se duplicó, más de una cuarta parte de los adolescentes no está matriculada y no hay suficientes maestros, pues muchos se han ido del país.

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