Junto a 194 escultores representantes de igual número de países, el artista dominicano Juan Trinidad estuvo el desierto de Egipto tallando sobre madera emblemática de la República Dominicana su visión de la humanidad como participante en un simposio de nombre sugerente: “Reviviendo la humanidad”.
Para hablar de su experiencia en este evento, organizado por el Foro Mundial de la Juventud, tras la iniciativa artística y curaduría de la galería Shosha Kamal Design House, Trinidad visitó la redacción de ¡Vivir!
Según nos contó, estuvo durante 23 días en el desierto Sharm el-Sheij (Egipto) junto a colegas del cincel de 194 países, quienes esculpieron (cada uno) un corazón por la humanidad.
El corazón tallado por Juan Trinidad tiene como título “Unidos por la paz del mundo”.
Los 195 escultores estuvieron tallando sus obras en el desierto desde el 25 de noviembre al 18 de diciembre del pasado año.
Ahora, a fin de año, los 195 corazones, representativos de igual cantidad de países, serán llevados al museo del Cairo, donde serán exhibidos permanentemente, dijo Trinidad.
El evento de cierre contará con la presencia del presidente de Egipto, Abdelfatah Al-Sisi, y él estará participando junto a los demás.
Juan Trinidad cuenta que este proyecto llegó por iniciativa de la arqueóloga dominicana en Egipto, Kathleen Martínez, quien trajo al país la información sobre este evento artístico que tiene como objetivo principal unir al mundo en una misma misión, la de revivir la humanidad, que “se encuentra olvidada, debido a que se ha perdido como resultado de las guerras, el terrorismo, y eventos desafortunados que ocurren en todo el mundo”.
Sobre la pieza tallada. “La obra que presenté está inspirada en el corazón humano, y espero que sirva de recordatorio para que el mundo, a pesar de nuestras diferencias, tome conciencia de que todos tenemos el mismo corazón que late”.
Sobre la obra, Trinidad continúa diciendo: “Como yo soy cristiano, en mis trabajos me gusta plasmar siempre mensajes de paz, de amor, y eso es lo siempre llevo o trato de llevar a los países donde voy, donde me invitan”.
“Además me gusta exaltar la dominicanidad, la cultura de nuestros antepasados, nuestra identidad, nuestras raíces, las cuales provienen de los taínos, de los africanos y los españoles, enfocando también un futuro esperanzador”, expresa el escultor dominicano, quien además explica que trata de representar de manera abstracta-figurativa toda esa realidad dominicana.