La ciudad de Santo Domingo y sus alrededores cuentan con curiosas esculturas colocadas en un lugar y edificaciones de vital importancia en nuestra cultura.

El 23 de marzo del 2009, en la avenida Jiménez Moya, en el tramo entre la avenida Bolívar y la Sarasota, se levantó en el centro del paseo que lleva su nombre cubierto de losetas arrugadas de colores con jardineras, matas y faroles, el monumento dedicado  a “La Soberana”: una escultura en bronce de Casandra Damirón. Colocada en un alto pedestal de cuerpo redondo, cuyos bordes presentan unos dobles sobresalientes que  se dividen con un cimiento formado por tres molduras escalonadas, arriba del cual hay una plancha que forma una estrella unida por un grueso cuerpo en forma de anillo que encima tiene otra base circular, sobre la cual está  la estatua de quien fue una de las figuras de nuestro folklor musical.

El Palacio de Bellas Artes, situado en la avenida Máximo Gómez esquina avenida Independencia, inaugurado el 15 de mayo de 1956 y recientemente remozado el 9 de octubre del 2009, modernizado, ampliado por dentro y por fuera con espacios en sus cuatro lados con jardineras, tiene unas escalinatas  que inician con seis peldaños de mármol de Carrara formando la mitad de un  redondel, y que continúa  con veinte peldaños normales.

El cuerpo de la fachada, que da a la avenida Independencia, tiene en los laterales dos esculturas: la de la izquierda tiene en la mano una máscara,  que representa el  teatro y  la escultura de la derecha,  tocando la flauta, mientras  un pequeño agarra  su falda, representa la música.

La estructura central de este edificio de estilo neoclásico  la constituye una planta simétrica con cúpula en el medio de cada uno de sus cuatro frentes, decorados con columnas redondas.

Igualmente, en el Teatro Nacional Eduardo Brito, en la avenida Máximo Gómez, encontramos en su interior el busto de esta gloria nuestra, uno de los pioneros del canto lírico nacional, a quien se honra con el nombre del teatro.