Hay quienes tiene opiniones desfavorables sobre el melón, pero todo es producto de los grandes excesos, que cometen algunos glotones.
Como postre, después de una comida abundante, el melón facilita la digestión, hasta para los estómagos más débiles, pero se debe de comer despacio y en poca cantidad si se toma junto a otro alimento. Cuando se come solo, se puede comer mayor cantidad, es muy refrescante y algo energético por el azúcar que posee. El melón es originario de Asia, es un fruto ovalado de piel gruesa. La carne es de color blanco amarillento o verdoso. Los mejores melones los encontramos de junio a septiembre y existe un gran número de variedades que se distinguen por la forma, color, tamaño, carne y época de maduración.
En entre la gran variedad de melones que existen se destacan los tempranos y los tardíos, que maduran en invierno y admiten un largo período de conservación. El melón sólo aporta 25 calorías por cada 100 gramos. Esta fruta contiene fósforo, calcio, hierro, cobre azúcares y vitaminas A, B y C. Es aconsejable comer melón en casos de estreñimiento o cuando se tienen cálculos renales. Se recomienda también en los casos de gota y reumatismo, pero se halla contraindicado para los diabéticos por su contenido en azúcar.
Quienes tengan predisposición a sufrir diarrea deben evitar comer melón en exceso. El melón también posee notables virtudes cosméticas.
Su piel se puede pasar por el rostro para refrescarlo y tonificarlo.
Recetas
Ensalada con melón
Ingredientes:
1/2 kilo de melón.
100 gramos de jamón serrano.
1 tomate de ensalada.
2 kiwi.
2 fresas.
Varias hojas de lechuga
pimienta.
Preparación:
Cortar el melón en cubos, quitar las semillas y la cásc-
Sopa de melón con tocino
Ingredientes:
1 melón.
1 tocino.
2 cucharadas de vino dulce de arroz, en su defecto jerez.
2 cucharadas de azúcar.
Los huesos de un pollo.
4 hongos secos.
1 cucharilla de sal.
Preparación:
Corte el melón en pedazos pequeños. Cocer el tocino en un poco agua a la que añadirá los huesos de pollo, el vino y la azúcar. Reblandecido el tocino, mezclaremos con el melón y la azúcar
ara, y cortar la pulpa en dados más bien grandes. Después de quitarles la grasa visible, cortar las lonchas de jamón en tiras de una anchura similar a los dados de melón. Corte el tomate, el kiwi y las fresas en trozos pequeños.
Ponga en una fuente una cama de lechuga y coloque armoniosamente to el resto de los ingredientes de la ensalada. Si es de su gusto aderezar con pimienta.
Luego mezcle con los huesos de pollo y los hongos secos y déjelo al fuego por una hora hasta que hierba.
Ya lista la sopa colóquela en una sopera y decore con un trazo de fresa para dar un toque de color.
Cómo elegirlo
Es difícil apreciar a simple vista el punto de madurez y sabor del melón. Para comprobar su estado, hay que apretarlo ligeramente por los extremos. Si éstos ceden a la presión, el melón está maduro. En cuanto a la calidad, hay que rechazar todo melón que esté demasiado blando, que presente golpes o manchas en la piel. Estos son puntos que ayudarán.
Cómo conservarlo
El melón se puede congelar pelado y cortado en trozos. Pero usted debe de tener en cuenta que las frutas no deben de estar por mucho tiempo en estado de refrigerio, por lo que es recomendable que no permanezca más de dos días en estas condiciones. Es posible que si pasa de este tiempo las frutas pierdan sus nutrientes naturales y no sean beneficiosas para usted y su familia. Procure que su consumo sea rápido.
Cómo manipularlo
Aunque es básicamente una fruta de postre, su sabor combina muy bien en platos salados. El jamón, la lechuga, las gambas, el aguacate y la salsa rosa proporcionan un adecuado y agradable contraste de sabor. Como postre, se sirve cortado en rodajas o combinado con otras frutas como melocotones, ciruelas o sandía.
Qué tomar
Tom Collins
Ingredientes:
1 ½ onzas de Ginebra
½ onza de jugo de limón
½ onza de azúcar líquida
Soda al gusto
Preparación:
En un vaso tipo collins mezcle la ginebra, el limón, la azúcar y agregue el hielo.
Complete con un poco de soda y decore con una rodaja de limón o naranja y una sherry.
La cura en casa
¡A comer espinaca para ser un Popeye!
La espinaca es una planta quepertenece a la familia de las amarantáceas, cultivada como verdura por sus hojas comestibles, grandes y de color verde muy oscuro. Su cultivo se realiza durante todo el año y se puede consumir fresca, cocida o frita. En la actualidad es una de las verduras que más habitualmente se encuentra congelada. Es rica en vitaminas A y E, yodo y varios antioxidantes.
También contiene bastante ácido oxálico, por lo que se ha de consumir con moderación. Un mito muy extendido sobre las espinacas es que son muy ricas en hierro. De hecho, se hizo una serie de cómics y dibujos animados, Popeye, para fomentar su consumo. En ella, Popeye consumía una lata de espinacas que le daba una fuerza sobrenatural.
Pero lo que está claro es que estas son tónicas laxantes y emolientes. Es un alimento útil por su riqueza en sales y vitaminas, es un excelente aliado del organismo, pues esta le devuelve los minerales perdidos. Es recomendable para personas anémicas, linfáticas. Se les emplea en caldo de gallina para las personas enfermas de los órganos digestivos y de las vías urinarias. Crudas curan el estreñimiento, fortalecen los órganos digestivos, tonifican y estimulan el sistema nervioso y el cerebro; purifican la sangre, eliminan las enfermedades de la piel. Su uso constante elimina las diarreas y cura irritaciones intestinales. Recomendable para personas nerviosas. Para personas que sufren de estreñimiento se le recomienda aplicar cataplasmas de espinacas crudas y bien machacadas con aceite de oliva, se aplican sobre el vientre. Cura el raquitismo y anemia si se consume en forma de ensaladas en cantidad abundante, debido a su alto contenido proteico y de sales minerales que ayudan a la formación de sangre.
El cocimiento de la raíz o las ramas constituye una excelente bebida contra los resfriados, la tos, catarro pulmonar, y las enfermedades inflamatorias agudas. En compresas, se aplica contra las inflamaciones, abscesos y úlceras.
Consejos
Hay tres elementos básicos al elaborar el café perfecto:
Granos recién tostados.
Buena agua y equipo limpio.
Agua a temperatura apropiada.
Los granos, una vez tostados, deben ser almacenados sellados o congelados, para evitar la oxidación, que es mortal.
Los granos deben ser molidos momentos antes de la elaboración del café. Molerlos aumenta de manera exponencial el área superficial expuesta al oxígeno; los granos envejecen en cuestión de horas. Es difícil insistir suficientemente en esto. Incluso los granos enteros guardados herméticamente o congelados envejecen en cuestión de semanas.
El problema es que cuando se muele el café, el área superficial que se expone al oxígeno aumenta enormemente (piense en una rodaja de pan comparada con migas de pan), así comienzas en desventaja si tienes más café molido del que vas a usar de una vez. Sin embargo, si prefieres la conveniencia del molido, es considerablemente mejor almacenarlo congelado.
El congelado retarda substancialmente la oxidación, igual que con otros alimentos. El café es, después de todo, un vegetal horneado.
El mejor café se prepara a partir de granos frescos que se muelen momentos antes de la elaboración. Al molerlo procure utilizar bastante café (un mínimo de 3 onzas de café para 64 onzas de agua). Todo se ajusta al gusto personal.