Residentes cerca envasadora en el ensanche La Fe piden la trasladen

Residentes cerca envasadora en el ensanche La Fe piden la trasladen

Tras la explosión de la envasadora Sol Gas en el sector La Esperanza, del Distrito Nacional, residentes en zonas donde hay este tipo de negocios están en alerta. De nuevo las voces se alzan para que haya más control de la localización donde se establecen y regulación de los equipos en los carros.

Por ejemplo, en el ensanche La Fe, residentes en la calle Juan Alejandro Ibarra entienden que un establecimiento de expendio de combustible está muy cerca de negocios y casas, por lo que representa un peligro. Sin embargo, otros aseguran que los dueños han tomado las medidas de seguridad necesarias para evitar una catástrofe.

La envasadora, propiedad de Propagas, almacena 16,600 galones de propano y los tanques que contienen el combustible son supervisados diariamente para determinar si hay fuga o algún otro aspecto que deba ser corregido por el departamento técnico, afirmó el supervisor de la estación, Mauricio Pedroza.

Además, todos los dueños de vehículos deben cumplir con ciertas normas para poder abastecerse, la principal es mantener el motor apagado.

No fumar, no utilizar celulares o radios, no manipular los equipos y bajar los tripulantes del vehículo, son el resto de las normas de rigor antes del llenado.
Pedroza dijo que uno de los problemas que enfrenta el país es la falta de control en los equipos de gas que instalan las personas en sus vehículos, que muchas veces es la causa de los accidentes en las estaciones.

“Los choferes muchas veces no cumplen con los requisitos necesarios para instalar un equipo de gas por cuestión de economía y terminan poniendo en riesgo sus vidas y las de los demás”, precisó.

Asimismo, Julio Rosario, quien tiene un negocio de duplicado de llaves detrás de la envasadora, dijo que pese a todas las medidas de seguridad que tomen las empresas, sino no se regulan los equipos instalados en los automóviles poco se puede hacer para evitar una tragedia como la ocurrida en La Esperanza.

“Solo hay que ver a algunos choferes, principalmente de carros públicos, prendiendo el carro al unir dos cables, eso lanza una chispa y de ahí se puede provocar una explosión”, analizó el señor.

Entiende que se debe luchar porque las bombas de gas estén fuera de los residenciales y los barrios. “Que las ubiquen en zonas poco pobladas donde si pasa un incendio no resulten personas afectadas”.

Traslado. Tres empleadas de un negocio cerca de la planta de gas, que pidieron el anonimato, dijeron que no importa los controles de seguridad “esa bomba hay que quitarla”.

“Lo que sucedió en Los Ríos es un ejemplo de lo que podría pasarnos a nosotros. Esa bomba está muy cerca de el Centro Médico San Martín y al frente de una bomba de gasolina, por lo que si eso explota se va medio Ensanche La Fe y medio Ensanche Kennedy”, advirtieron las señoras.

Sidney Arrais, gerente de AutoTécnica Brasil, aseguró que Propagas tomó muchas medidas al momento de ampliar la estación que tiene varios años operando.

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