Su pasión por las letras llevada al papel y convertida en mensajes de múltiples contenidos tuvo su génesis a los 13 años. A esta edad, siendo una adolescente llena de sueños e ilusiones, la escritora puertorriqueña Esmeralda Santiago inició su vida literaria.
Aunque nació muy cerca de Quisqueya, ésta es la primera vez que la visita. Lo hizo como invitada por la Embajada de Estados Unidos para participar en la recién finalizada Feria Internacional del Libro Santo Domingo 2004, que tuvo como invitado de honor a su país natal.
Su presencia no podía pasar por alto y así lo entendieron los responsables de que estuviera aquí. De ahí que tuviéramos la oportunidad de sostener una amena y enriquecedora conversación con esta dama de las letras puertorriqueñas y latinas.
Vestida de azul turquesa su color preferido, durante toda la entrevista mostró gran fluidez al responder las preguntas. Con gestos muy alegres y de buen sentido del humor que identifica a los caribeños; de inmediato inició a contar su hoja de vida destacando que asistió a la Escuela de Bellas Artes (Performing Arts High School) de la ciudad de Nueva York, donde se graduó de artes dramáticas y danza, y ocho años después de cursar estudios en universidades locales se transfirió a la Universidad de Harvard con una beca completa, donde estudió producción fílmica y se graduó Magna Cum Laude en 1976. Dijo que desde niña su lectura preferida han sido las novelas del siglo XIX porque le gusta conocer la forma en que vivían y pensaban aquellas personas.
Sobre este período que le resulta muy apasionante, manifestó que muchos manuscritos no vieron la luz pública, porque en una familia si la mujer era escritora y moría, sus hijos no querían que se supiera que lo hacía, porque una escritora era considerada artista. Desde hace años se están encontrando manuscritos de mujeres que escribieron cuentos y sus memorias. Hace cinco o seis años se encontró un documento de una mujer esclava que se escapó del Sur de Estados Unidos, donde vivía, y llegó a Nueva Jersey. Ella escribió toda su vida, hasta que consiguió la libertad y se casó con un maestro. A través de esas lecturas podemos tener una idea de como era la vida para los hombres y las mujeres, porque cuando ves una parte de la historia no tienes el retrato completo de la realidad.
[b]Mercado latino en Estados Unidos [/b]
La escritora puertorriqueña, quien no en vano desde la publicación de su primer libro, When I was Puerto Rican (Cuando era puertorriqueña), fue proclamada como una voz refrescante, llena de pasión y autoridad por el Washington Post Book World, afirmó que en Estados Unidos hay un renglón de literatura latina donde incluyen a todos los escritores de habla castellana. A Julia Álvarez se le conoce como escritora latina no como dominicana, a pesar de que todas y todos queremos que se nos conozca desde nuestro país de procedencia. Pero, para los estadounidenses es difícil por el idioma, ya que ellos necesitan una palabra que lo encierre todo, y desafortunadamente se pierde ese sentido de lo que somos como individuos, que nacimos en un país determinado de este continente.
No obstante esa situación, expresó que los libros de muchos escritores latinos tienen aceptación en el mercado estadounidense porque en las escuelas y en las universidades realizan tesis sobre sus contenidos. Esto es algo muy bonito, la verdad es que sí nos leen y el público está interesado en nuestra literatura.
Así mismo, dijo que la literatura latina ha crecido porque es muy buena. No llegamos a las editoriales porque tenemos un nombre hispanoamericano, sino porque somos buenas escritoras y escritores, que narramos las historias que se deben contar, que el público debe leer, especialmente nuestra juventud que necesita verse en esa literatura porque hasta hace unos años éramos invisibles en la cultura norteamericana.
[b]Obras en secuencia[/b]
Casi una mujer, obra que fue llevada a la pantalla grande con un guión escrito por ella, es la continuación de la obra Cuando era puertorriqueña, y sigue con la obra El amante turco, que trata su vida fuera de su casa y de su vida en Estados Unidos, así como su graduación en la universidad de Harvard. El próximo libro, que aún no lo ha escrito, será sobre su regreso a Puerto Rico.
[b]Cuando era puertorriqueña retrata al inmigrante latino[/b]
No puedo negar que al leer algunos datos sobre la trayectoria de la escritora puertorriqueña Esmeralda Santiago, antes de hacer esta entrevista, hubo un detalle que me causó asombro, el título de su obra Cuando era puertorriqueña, la cual publicó en el año 1993.
Según narró, la historia de esta obra está basada en su vida en Puerto Rico, donde tuvo una niñez rural en un barrio donde no había influencia estadounidense, y de sus dos primeros años en Estados Unidos, país que desde que pisó la convirtió en latina.
Expresó que al titular el libro de esta manera quiso empezar esa discusión de lo que les sucede a los latinos que emigran a esa nación. Al regresar a mi país natal, 15 años después, me decían que no era puertorriqueña, que estaba americanizada. Entonces pensé que lo único que siempre he tenido es la cultura de mi país y cuando volví mi gente me dice que no soy de ellos.
Por eso, a través de ese libro planteó la interrogante de lo qué es ser puertorriqueña, porque si ella que habla su idioma, baila la salsa, no lo es, entonces quién lo es.
Dijo que ese sentimiento no sólo ha tocado los corazones de los habitantes de Borinquen, sino a personas de otras nacionalidades. Eso me han dicho dominicanos, peruanos, colombianos, en fin muchos latinos.
En tal sentido, precisó que ese es un problema mundial, porque los seres humanos estamos cambiando con rapidez de un lugar a otro y esa definición de ser de una nacionalidad determinada es una discusión que se debe tener porque es muy doloroso salir de tu país para hacer todo lo posible para educarte mejor y hacer una vida buena según tu definición y, cuando vuelves a tu pueblo te dicen que ya no eres de los suyos. Quise retarlos y con este libro defino lo que es ser puertorriqueño. Ahora donde quiera que voy me dicen la escritora puertorriqueña.
Con firmeza agregó que nunca pensé que tendría que definirme con mi propia gente, era suficientemente difícil que en los Estados Unidos yo me defendiera, pero ¿hacerlo con mi gente? En sí, no fue una defensa, sino que quise enseñarles que si no me creían una de ellos era su problema, porque nunca he negado quien soy.
Expresó que muchos escritores han planteado esa situación. Mencionó al ganador del Premio Nobel de Literatura en el año 2000, Gao Xingjian, quien nació en la ciudad de Ganzhou, China oriental, y que vive en Francia escribiendo de su vida y cultura, y habla sobre que no se le considera chino, sin embargo dice que no se siente distinto, que es un chino aunque hable francés y viva en Francia.
También dijo que la inyección de palabras al español es un proceso normal, y que no sólo se da en nuestro idioma, sino que en Francia también incluyen palabras del inglés. Esa es la realidad para nosotros, es espanglish y para los franceses franglish. El inglés sigue dominando y se está perdiendo la pureza de estos idiomas. Por ejemplo, el hecho de que Francia esté ubicada entre España, Italia, Alemania, Suiza, Holanda, Bélgica, me hace suponer que no es un idioma puro y que hay palabras de todos esos países en su cotidianidad. Indicó que los seres humanos muchas veces le huimos a los cambios. Yo pienso lo contrario, todo debe ser progreso, de hecho hay muchas palabras del español, del alemán, que se han adaptado al inglés y se entienden a la perfección. Hasta en España se está dando este fenómeno, pues ellos dicen que en América hablamos espanglish, y el hecho de mencionar esa palabra los hace estar dentro de esta onda.
Esmeralda Santiago, quien confesó que La Iliada de Homero es el libro que más le ha gustado leer y que es su obra de referencia porque entiende que todo lo que se debe saber sobre la humanidad está en él dijo: No siento que deba tenerle lealtad al español, porque en nuestras islas ese fue un idioma colonial, y el idioma de mis antepasados aborígenes desapareció hace más de 500 años.
[b]Perfil[/b]
Esmeralda Santiago nació en San Juan, Puerto Rico. Sus padres son Pablo y Ramona Santiago. Es la mayor de 11 hijos. Sus hermanos son: Pablo, Delsa, Norma, Héctor, Alicia, Edna, Raymond, Francisco, Carlos, Carmen y Rafael.
Sus hijos son Lucas e Ila, y está casada con Frank Cantor, de nacionalidad rusa judía.
Le gusta la música de la India, la ópera, música clásica, Los Panchos.
La escritora dijo que aunque es difícil definirse a sí misma, considera que su virtud es la compasión y su defecto la impaciencia.
Dios en su vida. Yo creo en Buda, Zeus y en Jesús. Para mí Dios no tiene nombre, pero tiene manifestaciones.
Además de sus aventuras literarias, Esmeralda Santiago es una voluntaria activa, es vocera de bibliotecas públicas. También ha diseñado y desarrollado programas comunitarios para adolescentes y es la fundadora de un hogar que acoge a mujeres maltratadas y a sus hijos. Pertenece a la junta directiva de organizaciones que se dedican a las artes y a la literatura, y se pronuncia fuertemente acerca de la necesidad de apoyar el desarrollo artístico de los jóvenes.
En su carrera ha recibido premios por sus aportes literarios y comunitarios, y doctorados honorarios de la Universidad de Trinity y la Universidad de Pace. Actualmente reside en el condado de Westchester en Nueva York, con su esposo y dos hijos.