Eso es en Filadelfia…

Eso es en Filadelfia…

RAMÓN ARTURO GUERRERO
El jefe de la policía de Filadelfia, Estados Unidos, anunció el pasado lunes 26 que a partir del lunes siguiente, o sea el 2 de abril, los altos oficiales del cuerpo harían labores de patrulla. Según reportaron ABC, Fox News y el diario Philadelphia Inquirer: «Cada oficial de capitán arriba trabajará cuatro horas, una noche a la semana, en uniforme, en un área de alta criminalidad, dijo el jefe de la Policía, Sylvester Johnson. Eso incluye al propio Johnson y cerca de 150 capitanes, inspectores, inspectores superiores y subjefes de la Policía».

El jefe Johnson, al hacer el anuncio, expresó que: «Si un capitán se queja por cuatro horas, no merece ser capitán».

Esta medida es resultado de la preocupación generada en Filadelfia por el incremento de los crímenes en esa ciudad, una de las más importantes e históricas de Estados Unidos, cuna de la independencia nacional. Se han registrado allí 92 homicidios en lo que va de año contra 73 durante igual período de 2006. En total hubo 400 homicidios el año pasado, la cifra más alta en nueve años.

Un aspecto preocupante de esta ola de criminalidad es que la tasa de casos de homicidio en los cuales se presentaron cargos cayó a 56% mientras en enero fue de 62%. ¿Por qué? Porque los testigos son cada vez más renuentes a declarar, tienen miedo, lo que indica que se fortalece el predominio de la delincuencia sobre la justicia.

Filadelfia tiene actualmente una población de 1,517,550 habitantes lo que da para 2006 una tasa de 26.3 homicidios por cada 100,000 habitantes. Según el informe anual del FBI «Crimen en los Estados Unidos», correspondiente al año 2003 y que se halla en el Resumen Estadístico de los Estados Unidos (solo en inglés), Filadelfia ocupó el sexto lugar en cuanto a homicidios con 23.3 por cada 100,000 habitantes, superada solo por Nueva Orleans (57.7), Washington (44.0), Baltimore (41.9), Detroit (39.4) y Atlanta (34.3) aunque se debe considerar que tuvo 34.4 menos que la ciudad más violenta, Nueva Orleans, y 11.1 menos que la más cercana, Detroit, la cual por cierto era hace años la ciudad más violenta de los Estados Unidos.

Nueva York, por su parte, se ha convertido en una ciudad prácticamente segura, con solo 7.4 homicidios por cada 100,000 habitantes en el año 2003. Ocupa el lugar 40, pese a ser la mayor ciudad del país…

El evidente aumento de la criminalidad ha llevado a las autoridades municipales de Filadelfia, de las cuales depende la Policía, a tirar a la calle a la oficialidad del cuerpo del orden. Envían una señal indicando la firmeza con que enfrentarán el crimen.

Y esto no es nada nuevo en Estados Unidos. El 16 de abril de 2004 el entonces jefe de la policía de Chicago, Phil Cline, sacó a 100 altos oficiales de sus despachos y los envió a patrullar en los barrios más violentos de la ciudad. Ese día se cumplía un año del macabro tercer fin de semana de abril de 2003 en que fueron asesinadas 16 personas y luego Chicago terminó el año con la mayor cifra de homicidios del país. Para la fecha citada, gracias a las medidas tomadas por las autoridades, Chicago tenía 115 homicidios, 27 menos que en igual período de 2003.

República Dominicana, con 9,183,984 habitantes, tuvo el año pasado 1,934 homicidios, para una tasa de 21.0 por cada 100,000 habitantes. De esos, 431 ocurrieron en diciembre, nuestro mes más violento.

Estadísticamente no es adecuado comparar una ciudad con un país completo, sobre todo en materia de crímenes que son propiamente urbanos como los homicidios, crímenes contra la propiedad, robo de autos. Pero sí es dable comparar la actitud de una fuerza de policía con otra frente a estadísticas parecidas. Aunque nuestra tasa de homicidios es menor, el brote de criminalidad en los barrios de Filadelfia es semejante al que ocurre en los barrios de nuestras principales ciudades, impulsado por factores cuyo análisis no es el objeto de este breve artículo.

Recurrir a los oficiales, los cuales aportan una formación y experiencia superiores sobre el terreno, sería una medida muy recomendable para mejorar la labor de la Policía en los barrios. En muchas ciudades del mundo ha dado buen resultado en lo inmediato. Aquí se observan muy pocos oficiales en las patrullas.

Pero, de seguro, mucha gente respondería: Eso es en Filadelfia…

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