Destruir, botar o hurtar la memoria histórica de un país tiene que estar severamente penado por la ley, y si no lo está, que lo dudamos, hay que trabajar en eso con toda premura. Al decir esto, estamos reclamando que se investigue a fondo hasta establecer y castigar responsabilidades en el caso de la desaparición de importante documentación de los Archivos Nacionales de Música.

La desaparición, sustracción o lo que sea que haya pasado con esta documentación histórica viene a producirse precisamente en momentos en que alguien pretende despojar de la autoría del Himno Nacional al maestro José Reyes.

Mueve a legítima sospecha el hecho de que justo en momentos que se pretende este despojo, la partitura original del Himno Nacional y el informe mediante el cual se reafirma que José Reyes fue su indiscutible autor aparecieran abandonados en un basurero junto a otra documentación también valiosa.

Se trata realmente de un hecho escandaloso que no puede ser justificado de ninguna manera, pues estos documentos históricos son un patrimonio cultural del pueblo dominicano.

Hay testimonios realmente preocupantes sobre la situación que atraviesan los Archivos Nacionales de Música y dudamos que haya una explicación que pueda justificar que parte de este patrimonio histórico haya ido a parar al zafacón y que sea incierta la suerte corrida por otra parte de esta documentación.

Se impone una investigación profunda que, independientemente de que conduzca a la posible recuperación de estos documentos, concluya en la imposición de sanciones ejemplarizadoras para quienes hayan cometido semejante atentado contra la memoria histórica de nuestro país. Esperamos que así se haga.

Voto meditado

Apagado ya, por fortuna, el ensordecedor bullicio de la campaña electoral, el día de hoy es un espacio adecuado para moldear la calidad del voto que se ha de emitir mañana, en unos comicios que han de permitirnos reestructurar la composición del Congreso Nacional y los gobiernos municipales.

A lo primero que debe conducirnos esta meditación es a tomar la resuelta decisión de acudir a los centros de votación, aún sea para echar un voto en blanco que manifieste nuestra antipatía ante todos los que postulan por cargos congresuales y municipales.

Los dominicanos tenemos que aprender que la abstención es la peor actitud que podemos asumir en esta parte tan importante y crucial del ejercicio democrático.

Mañana, a partir de las 6:00 de la mañana, los centros de votación deberían aparecer abarrotados por todos los que están aptos para votar, en el entendido de que jamás debemos aparecer indiferentes y despreocupados por la suerte de nuestro Congreso, de nuestros ayuntamientos.

Recordemos que todo lo bueno o lo malo que se haga desde el Congreso y los ayuntamientos nos afecta, nos beneficia o perjudica a todos por igual, sin exceptuar a quienes no hayan emitido su voto.

Por eso, hay que aprovechar la oportunidad de las elecciones para emitir un voto crítico, constructivo, profundamente meditado, y tomar parte así de esta decisión tan importante.