Eso se hincha

Eso se hincha

Hay una campaña permanente de grupos que saben lo que hacen, para hacernos creer que la inversión de valores que afecta la sociedad dominicana es algo endémico, que debemos aceptar que los comerciantes sean ladrones, que llenen los pollos de agua y los congelen, para que pesen más, que no haya balanzas en los establecimientos que venden por libras, que ninguna autoridad revise, periódicamente, la fecha de vencimiento de los alimentos y de las medicinas, que no investiguemos, ni tengamos certeza, de que los medicamentos realmente contienen los porcentajes de elementos que sirven para la cura de tal o cual enfermedad, tampoco sabemos si lo que nos venden en las farmacias realmente es un medicamento debidamente fabricado por un empresario cuyas patentes son ejecutadas con fidelidad.

Nos apantallan, nos colocan espejismos que se parecen a la verdad, pero no lo son.

Nos juegan la soga, nos cantan como strikes las bolas que se parecen… y hasta las que no se parecen.

Aún en los tiempos en que gobernaba el tirano Trujillo podíamos distinguir lo claro de lo oscuro, lo real de lo ficticio, la propaganda del régimen de lo que en verdad ocurría. En esos tiempos se decía, ante la baja escolaridad y escasez de conocimientos de guardias y policías, que “la guardia lee como quiera, al revés y al derecho”

Realmente quienes aprendimos a leer entre líneas y a escuchar las palabras no pronunciadas, fuimos los civiles, las víctimas del régimen que lo llenó todo de podredumbre.

El editorial de la radio televisora del régimen, escuchado o leído al revés, denunciaba por dónde le dolía al gobierno la propaganda, la protesta de los dominicanos que vivían fuera del país.

Cuando salimos de Trujillo, comenzó una primavera informativa que nos permitió ver las cosas como son, hubo un verdadero surgimiento de un periodismo cuya meta era la verdad y cuya divisa la decencia. Eso lo hicimos los periodistas de entonces. No todos. Lo hicimos los periodistas que no colocamos la palma de la mano hacia arriba para recibir sobornos.

Que no saquen de los medios las noticias de las hazañas de Micky, el que resuelve. Ahora tiene dos acusaciones que enfrentar.

El  PRD no merece tener en sus filas a un Miguel  Vargas de cuyo almacén de depósito fiscal sale un túnel que desemboca al cruzar la calle y por el cual nadie sabe que ha salido.

Un candidato recibe dinero de mucha gente, pero cuando se trata de una suma millonaria ¿no vio Vargas, cuidadosamente el rostro del hombre que le dio 300 mil dólares? ¿Por qué no aclaró la situación al ver la fotografía de Figueroa y su mujer, acusados de narcotraficantes?

Publicaciones Relacionadas

Más leídas