ESP: Adiós a los derrapajes

ESP: Adiós a los derrapajes

El 60%  de los accidentes se produce al derrapar.

En un estudio llevado a cabo en Europa por la ‘Asociación de Compañías de Seguros’, arrojó que el 60% de los accidentes mortales registrados en carretera se producen como consecuencia de impactos laterales después de un derrape. La pérdida de control del vehículo es también responsable del 25% de los choques con heridos graves.

Las cifras son extensivas a todos los países del mundo que cuentan con amplias redes viarias y alta densidad de tráfico. De hecho, estudios llevados a cabo entre 2003 y 2004 por marcas como Toyota, Volkswagen o Ford coinciden en afirmar que el control de estabilidad (Electronic Stability Program o ESP) podría evitar el 35% de todos los accidentes de carretera. Este dato es corroborado por la americana National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA).

El organismo norteamericano agrega que la generalización del ESP evitaría, además, el 67% de los accidentes sufridos por los todoterrenos y todocaminos. Un dato interesante a la vista de la rapidez con la que crece el parque de este tipo de vehículos en nuestro país.

Por su parte, la DGT japonesa ha hecho público un informe en el que se estima que el ESP reduciría en un 44% el número de accidentes de tráfico y en un 62% el total de siniestros graves.

A la vista de estos datos, no es de extrañar la rápida expansión que está conociendo este dispositivo, que en 2004 figuraba en el 36% de los autos nuevos vendidos en Europa. Logrando que el año pasado el 64% de los automóviles nuevos matriculados en el viejo continente incorporaran el control electrónico de estabilidad.

Sin embargo, no todos los conductores parecen conscientes de la importancia del ESP. De hecho, responsables de varias marcas se han quejado reiteradamente del poco interés que este elemento de seguridad despierta en ciertos sectores del público. Aunque no siempre la culpa recae necesariamente en el automovilista. Una encuesta realizada por el fabricante de ESP ‘Bosch’, demuestra que pocos son los conductores capaces de identificar el ESP como un dispositivo de seguridad, aunque son cerca de un 40% los que afirman que les suenan estas siglas.

Una vez informados sobre el funcionamiento del control de estabilidad, entre un 67 y un 90% de los encuestados, según los países, se declararon dispuestos a incorporarlo en su próximo auto. Junto a esto, más de un 71% de los entrevistados señalaron que, en su opinión, debería ser el concesionario el que debería de indicar la conveniencia de incluir el ESP en los vehículos nuevos.

A la espera de que se clarifique este extremo, los constructores de autos ya han comenzado a incluir el control de estabilidad como equipo de serie en muchos de sus modelos.

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