España sube al máximo 
Estados Unidos volvió a fracasar
en el basket internacional

<strong>España sube al máximo  <br/></strong>Estados Unidos volvió a fracasar<br/>en el basket internacional

MEXICO (AP).- España estaba acabada. Con su motor y corazón Pau Gasol marginado por un pie fracturado y el campeón europeo Grecia al acecho, la final del mundial de básquetbol lucía como una empresa titánica.

Todo lo contrario.

Sin perder un ápice de calma, el quinteto ibérico aplastó a los helénicos en la final, y de la mano de una generación dorada de canasteros plantó la bandera rojiamarilla en lo más alto del básquetbol internacional. Algo que Estados Unidos nuevamente no pudo lograr.

El mundial de agosto y septiembre en Japón fue el zenit del baloncesto en el 2006, año en el que Miami Heat ganó su primer título de la NBA con un Dwyane Wade disfrazado de Michael Jordan y la locomotora de Shaquille O’Neal cerca de su última parada.

Gasol, astro de los Memphis Grizzlies, fue el jugador más valioso en tierras niponas con un campeonato digno de coplas: 18.9 puntos, 8.3 rebotes y 2.1 bloqueos por encuentro. Pero el centro se rompió un hueso en la semifinal contra Argentina, un duelo para el recuerdo, y la tierra de Cervantes lloró al unísono.

No obstante, Jorge Garbajosa, Juan Carlos Navarro y compañía cargaron con las esperanzas de todo el país y apalearon 70-47 a Grecia.

“Esto es un equipo de verdad, no dependemos de nadie”, comentó el armador José Manuel Calderón. “Somos 12 de verdad”.

Para los griegos fue una última página triste de una novela de ensueño, que incluyó la gran sorpresa del torneo: su victoria 101-95 sobre Estados Unidos en las semifinales.

Se suponía que esta sería la competencia en la que los norteamericanos recuperarían la hegemonía del deporte que inventaron hace un siglo. La plana mayor del baloncesto estadounidense, cansada de los papelones en el mundial anterior y los Juegos Olímpicos de Atenas, decidió armar un verdadero programa nacional y nombró al laureado Mike Krzyzewski como entrenador.

El siguiente paso fue ensamblar su máquina con piezas de buen encaje, en lugar de coleccionar nombres. LeBron James, Wade, Carmelo Anthony, Dwight Howard y Chris Paul, todos superestrellas de la NBA, fueron algunos de los convocados para rescatar el honor del otrora “Dream Team”.

Y nuevamente fracasaron.

“Tenemos que aprender más del juego internacional”, expresó Krzyzewski. “Nuestros muchachos juegan en equipo pero no han estado juntos por mucho tiempo, y se necesita mucha continuidad si se quiere ganar”.

Al menos les quedó el consuelo de la medalla de bronce que ganaron sobre Argentina, plantel que arribó como candidato firme al oro y disfrutó de sus últimos destellos de grandeza.

Los campeones olímpicos no se las vieron fácil para llegar hasta semifinales, donde España los supero en los últimos segundos.

Aquella camada de Emanuel Ginóbili, Fabricio Oberto, Luis Scola y Andrés Nocioni que comenzó a maravillar al planeta al superar a Estados Unidos y quedar subcampeona en el mundial del 2002, y se consagró en Atenas 2004, mostró grietas y no siempre pudo brillar con sus patentizados pases y rapidez.

En cierto sentido, los argentinos fueron víctimas de su propio éxito, ya que jugadores como ‘Manu’ Ginóbili y Nocioni venían de extenuantes campañas en la NBA que sin duda afectó su desempeño en Japón.

América Latina, en general, tuvo un campeonato mediocre luego de llevar cinco representaciones por primera vez en la historia: Argentina, Brasil, Puerto Rico, Venezuela y Panamá.

De ese grupo, sólo la albiceleste superó la primera ronda.

Brasil, inflado por jugadores como Leandro Barbosa (Phoenix Suns) y Anderson Varejao (Cleveland Cavaliers), se estrelló de cara en la fase inicial. Puerto Rico tampoco pudo avanzar, aunque le quedó el consuelo de un Carlos Arroyo que despuntó entre los mejores del torneo.

Venezuela y Panamá no tenían mucho que buscar y cumplieron con los pronósticos al despedirse temprano.

En la NBA, el 2006 tuvo tres nombres: Wade, James y Steve Nash.

El primero revivió las eternas comparaciones con Jordan al conducir al Heat al título, en una reñida final sobre los Dallas Mavericks del alemán Dirk Nowitzki. El segundo se consagró como la máxima figura de la liga, un jugador capaz de hacer de todo que por si solo llevo a los Cavaliers hasta los playoffs.

El tercero, el veloz canadiense que maneja las riendas de los Suns, ganó su segundo premio consecutivo al jugador más valioso y condujo a los Suns hasta la postemporada a pesar de no contar con su mano derecho Amare Stoudemire.

Varios jugadores latinoamericanos despuntaron en la liga estadounidense, entre ellos Ginóbili (San Antonio Spurs), Nocioni (Chicago Bulls), Arroyo (Detroit Pistons y Orlando Magic) y Barbosa (Suns).

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