“Espacio al arte, una innovación expositiva”

“Espacio al arte, una innovación expositiva”

La situación de  pandemia abrió  muchos  horizontes  nuevos en el contexto  intelectual  y artístico, invitando a reencontrarse con  el pensamiento  y el arte a través de  contextualizaciones  originales, tomando en  cuenta  el alcance logístico de  la tecnología, para poder seguir con la producción científica  ética  y económica de los seres humanos, porque, en el fondo, la producción humana no se detuvo, en muchos casos se reubica y en otros se reinventó.

Así pudimos intercambiar e implicarnos en el contexto global.

Durante quince días, hemos podido seguir la evolución de un nuevo contexto expositivo, pensado por un joven y talentoso coleccionista de arte, Edwin Espinal, con la complicidad del artista José Pelletier, presentando sus obras más recientes en el “Arte space”, creado en un apartamento exclusivo para dinamizar y reactivar una nueva fórmula en el concepto del galerismo.

Estamos en el marco privado de un espacio arquitectónico que solo tiene por dueño el artista que exponga en ese momento.

Entrando, un salón de amplitud museológica con tres obras colgadas en un primer tiempo, representando rostros femeninos en una sinfonía de colores alegres y vivos que dinamizan una figuración libre dominada por la misma dinámica del trazo en pincel y brocha de José Peleltier, que peina y despeina los colores rojo, blanco, azul, verde, con una alegoría libre por el duende y o la musa que le impulsa en la ejecución.

Las tres mujeres manifiestan un llamado de intriga y secreto en la boca y en las miradas. Es ahí donde la vida se manifiesta en estas obras, conjugando la impetuosidad de la figuración con la tentación sutil y permanente de la abstracción expresionista, y es ahí donde está la factura de Pelletier en ese límite indefinido pero constante, desde que conocimos su trabajo hace más de quince años.

El mundo visual de Pelletier es llevado a la plástica con una reflexión que anticipa la forma para luego ejecutar una composición espacial dentro del cuadro que establece toda una cocción en los fondos monocromáticos de donde surgen efectos de relieves, tesituras espesas, todo dentro del mismo color, rojo o negro, que desde la perspectiva visual nos pone a pensar que la obra soterrada y oculta estaría fundida en la geología del color de fondo que indiscutiblemente nos deja con el deseo de adivinar a otra obra cubierta por la materia de esos acrílicos espesos y puros que el artista utiliza con toda pureza, como si de óleos se tratara.

Seguimos la visita en ese Espacio Arte, hasta alcanzar la fuerza del negro y el blanco en tres obras mayores donde de nuevo se abrazan con misterio y secreto unos rostros -máscaras, con brochetazos limpios del blanco sobre el negro hasta lograr el guiño ancestral de la transversalidad de la máscara con la faz humana, en este caso pareciera masculina de frente o perfilada con los efectos de formas que evocan la nariz, la profundidad del ojo, lo que nos lleva a meditar sobre la mística de las máscaras africanas de los grupos ancestrales “fan” y “bantú”, de Africa del oeste.

En este Espacio de arte dirigido por Edwin Espinal, las visitas funcionan con agenda de citas, y los interesados son recibidos por el artistas y el coleccionista dedicando con mucha elegancia en el recibimiento el tiempo necesario para intercambiar.

Hemos asistido a las visitas conducidas, escuchando ocurrencias interpretativas de cada obra que sugieren un intercambio de ideas en toda libertad. Nos ha llamado mucho la observación de un joven jurista iniciando el arte de coleccionar que formalizó inmediatamente la conexión con las máscaras y su atracción por una de esas obras en blanco y negro expresando la motivación que lo llevaría a adquirirla.

Son momentos excepcionales donde el arte se convierte en relación, al contacto humano, macerado con el juego de la inteligencia en la interpretación.

Nos ha agradado evolucionar con las obras recientes de Pelletier, en ese límite sin fronteras entre figuración libre y expresionismo abstracto que es donde el artista confiesa evolucionar dentro de su obra en una dinámica de estudio permanente y cuando llegamos al fondo del Espacio de Arte, entramos en una confidencia de abstracción libre totalmente ejecutada con una efusión nacida de la meditación y la concentración de la proeza ejecutiva.

Estamos frente a una caligrafía visual que alcanza una semántica como si de ideogramas se tratara. El negro se impone como materia matriz para matizar la idea entre el gris y el blanco, creando senderos y movimientos peregrinos en un fondo amarillo canario, decidido para recibir probablemente el gesto final de una salpicada negra con pincel y alcanzar una constelación de efecto nocturno bajo la fuerza del sol.

La exhibición, abierta hasta el 19 de diciembre, se mantiene siempre abierta gracias al concepto llevado por Edwin Espinal de mantener agenda de visita abierta para todo interesado en acercarse a una nueva modalidad de conocer las obras más recientes de un artista contemporáneo dominicano.

Este concepto expositivo le transfiere a la obra una espacio inmediato de convivencia y vida, socializando el arte de manera integral. Un éxito.

Hemos asistido
a las visitas conducidas, escuchando ocurrencias interpretativas de cada obra que sugieren un intercambio
de ideas

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