Espaillat Nanita miente

Espaillat Nanita miente

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Quien recluta o incorpora al coronel FranciscoCaamaño al movimiento constitucionalista no es Leopoldo Espaillat Nanita. Es el coronel Fernández Domínguez a través de su primo Manuel de Jesús Rojas (Cucho), quien lo relató en un acto celebrado el 19 de mayo del 1979, recuerdo muy bien esa actividad que contó con la presencia del coronel Hernando Ramírez y algunos militares constitucionalistas que habían sido integrados a las Fuerzas Armadas en el gobierno del presidente Antonio Guzmán. Estaba presente el profesor Juan Bosch, quien habló sobre la muerte del héroe y dijo que ese día “había caído una estrella» y que si no lloró era porque en ese momento no debía hacerlo.
Señaló también que el coronel Fernández tenía una cualidad única aparte de su inteligencia y valor que era la de saber mandar porque sabía obedecer. Al otro día del acto, el gobierno de don Antonio canceló a Hernando Ramírez y a los demás militares que asistieron al homenaje rendido a su jefe militar.
Por suerte la excelsa dama y viuda del héroe, doña Arlette Fernández, conservó la cinta magnetofónica y varios años después publicó un libro que constituye un documento histórico de elevada importancia para conocer la vida y la obra de Rafael Tomás Fernández Domínguez y el movimiento conspirativo que culminó con la revolución restauradora de la democracia en nuestro país.
Citemos el testimonio de Cucho Rojas: “A mediado de diciembre del 1964, Rafael llegó al país procedente de Puerto Rico con un permiso de sus superiores de no más de tres días. Un grupo de familiares de San Francisco de Macorís fuimos a recibirlo; cenamos juntos y cuando me iba me dijo que quería hablar conmigo, y que me quedara en la capital, pero no por un día, sino por varios días. Y un deseo de Rafael era una orden para cualquiera de nosotros. Hicimos un aparte y me dijo:
“Yo tengo un plan perfectamente elaborado, que lo he madurado mucho, durante mucho tiempo, con el fin de derrocar al gobierno, traer al profesor Bosch y reinstalarlo en el poder. Para esto yo cuento con un grupo de oficiales jóvenes y honestos. Hay muchos oficiales que se podrían meter, que están descontentos con el gobierno, pero no quiero involucrar a oficiales que no tengan una hoja de servicio clara, nítida, limpia. Y yo quiero que seas tú quien, en estos días, me sirva de contacto con esos oficiales”. Continuamos citando a Cucho Rojas: “Está bien Rafael, tú sabes que yo no conozco muchos guardias, pero yo hago lo que tú me digas”, le contesté. Y continuó: “No te preocupes, vas de parte mía. La primera entrevista quiero que sea con el coronel Caamaño. Él está de jefe de Radio Patrulla; vas allá y le dices que yo llegué de España, que quiero tener una entrevista con él, que ponga el sitio y la hora”.
Al día siguiente, como a las diez de la noche, salimos Rafael y yo para el lugar acordado, cerca del puente de Villa Mella. Cuando llegamos, ya el coronel Caamaño nos estaba esperando. Se abrazaron y Rafael le preguntó: “¿Qué hay, Francis, ¿cómo está la cosa?” y recuerdo que Caamaño le respondió: “Esto es un desastre, Rafael, esto está podrido, imagínate que el tráfico de drogas se está haciendo a través de la policía”.
Entonces comenzaron a hablar de la situación y Francis le dijo: “Bueno, Rafaelito, ¿qué es lo que tú quieres?” “Francis yo quería hablar contigo –respondió Fernàndez- porque tengo un plan para derrocar al gobierno y reponer la constitucionalidad y para ello cuento con un grupo de oficiales jóvenes y honestos y entre esos oficiales estás tú. ¿Qué me dices?”
“Bueno Rafael -respondió Francis- déjame consultárselo a mi papá. Para un paso así, yo tengo que hablar con él. Mañana a esta misma hora nos volvemos a juntar y yo te daré una respuesta”.
Al otro día volvimos allá y Francis le dijo: “Rafael, dice papá que con un hijo de Ludovino yo me puedo meter en cualquier cosa, pero no para reponer a Juan Bosch, sino para hacer una Junta Militar. Así es que, si es para una Junta Militar, puedes contar conmigo”.

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