España cambia color después de 3 años inestabilidad política

España cambia color después de 3 años inestabilidad política

Supporters of Spanish Prime Minister and Socialist Party candidate Pedro Sanchez react as they gather at the party headquarters waiting for results of the general election in Madrid, Sunday, April 28, 2019. A divided Spain voted Sunday in its third general election in four years, with all eyes on whether a far-right party will enter Parliament for the first time in decades and potentially help unseat the Socialist government. (AP Photo/Andrea Comas)

Después de tres años de inestabilidad política, marcada por el conflicto catalán, España cambió de color en unas elecciones en las que el PSOE resurgió, el Partido Popular (PP) tuvo el peor resultado de su historia y el ultraderechista Vox irrumpió en el Congreso al obtener 2.6 millones votos.
Pero no podrán gobernar en solitario los socialistas de Pedro Sánchez, quien se aupó al poder en junio de 2018 tras ganar moción de censura contra su antecesor, Mariano Rajoy, atrapado por corrupción de su partido. Los tiempos del bipartidismo acabaron, quizás por siempre.
Si bien recuperaron en las urnas mucho del terreno perdido en los últimos años, los socialistas obtuvieron el 28.68 % de votos, es decir, 123 de los 350 escaños, lejos de la mayoría absoluta. Para ello Sánchez tendrá que recurrir a socios para gobernar y prometió buscarlos en todos los grupos políticos, a lo que sus seguidores, entusiasmados por la resurrección del PSOE (que lleva gobernando desde junio con 85 diputados), dejaron claro que “Con Rivera, no».
Se referían así a Albert Rivera, líder de Ciudadanos, formación liberal de centro derecha, nacida en los últimos años, una de las artífices de la ruptura del bipartidismo y que se ha adueñado de buena parte de los votos que el PP ha perdido. Ciudadanos es hoy la tercera fuerza en el Congreso español con 57 escaños, por detrás del PP que descendió como un tren bala desde 137 curules a 66.
Pablo Casado, el dirigente popular, achacó la debacle a la división del electorado, que se fue en buena parte a Ciudadanos y también a Vox, pero no hubo autocrítica a su gestión al frente de este partido conservador, con el que gobernó José María Aznar y años después Mariano Rajoy.
El PSOE está muy lejos de las grandes victorias de los años 80 que obtuvo Felipe González e incluso de las conseguidas a inicios del milenio por José Luis Rodríguez Zapatero. Pero el partido resurgió con un Pedro Sánchez empoderado y dispuesto a hacer caso a sus acólitos pactando con los izquierdistas de Podemos y los nacionalistas vascos e incluso catalanes.
La opción estaría en el izquierdista Podemos, nacido en los años de la crisis española y que recogió el desencanto de una sociedad castigada por el desempleo y falta de oportunidades. Este partido también cayó, de 45 a 35 escaños, porque muchos de los que les votaron en 2015 y 2016, regresaron al PSOE para evitar lo que se ha venido a llamar durante la campaña “las derechas”, en alusión a un eventual gobierno del PP, Ciudadanos y Vox.

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