MADRID, AFP. El tradicional desfile militar para celebrar la fiesta nacional en Madrid, en presencia de los reyes y del presidente del gobierno Mariano Rajoy, tuvo lugar hoy bajo el signo de la austeridad sin ningún tanque y ningún caza, en un contexto de crisis económica. 

 Solo los aviones de la patrulla acrobática Águila participaron en el festejo, desplegando en el cielo los colores rojo y amarillo de la bandera española. 

 El desfile, en el que participaron 2.600 militares, duró poco más de una hora, con un presupuesto muy recortado de 900.000 euros, mucho menos que los 2,8 millones de euros que costó en 2011.

 El Rey de España, acompañado por la reina Sofía y de los príncipes Felipe y doña Letizia, fueron recibidos con aplausos del público a pesar de los escándalos en los que se ha visto implicada la familia real, incluyendo un caso de corrupción que alcanzó al yerno del Rey, Iñaki Urdangarin. 

 La hija menor del monarca, la infanta Cristina y su marido, Iñaki Urdangarin, estuvieron ausentes, como lo estarán a partir de ahora en todas las ceremonias oficiales. 

 El Rey, que busca reforzar su imagen, pasó revista a las tropas a pie, a pesar de una operación de caderas hace unos meses por una caída en Botsuana que reveló que estaba cazando elefantes en ese país. 

 El episodio provocó un escándalo en un país en plena crisis económica y con duras medidas de austeridad impuestas por el nuevo gobierno de derecha, que se comprometió ante sus socios europeos a sanear las cuentas del país.

 Mariano Rajoy fue recibido en silencio, mientras que su predecesor, el socialista José Luis Rodriguez Zapatero sufrió en años anteriores los silbidos público.

 La región de Cataluña, en pleno fervor independentista y en conflicto abierto con Madrid por la autonomía presupuestaria, no estuvo representada en el desfile, tal como lo había anunciado.

  Por la mañana, el ministro de Defensa, Pedro Morenes, había dicho que los españoles eran «evidentemente» más fuertes unidos que separados.