Madrid.- El rey de España, Felipe VI, firmó el martes un decreto que disuelve el Parlamento y convoca elecciones para el 26 de junio, después de que los diputados elegidos en unos comicios inconcluyentes en diciembre no lograsen ponerse de acuerdo para elegir a un nuevo presidente del gobierno.
El jefe del Estado firmó el decreto ante el presidente del Parlamento, Patxi López, después de que venciera el plazo límite del 2 de mayo para investir a un nuevo gobierno. España nunca había tenido que repetir las elecciones.
López dijo a la prensa que los 350 diputados elegidos en los próximos comicios ocuparán sus asientos en el Congreso el 19 de julio. España está sumida en un estancamiento político, con el líder del conservador Partido Popular, Mariano Rajoy, como presidente en funciones desde las elecciones del 20 de diciembre.
En esos comicios, el apoyo por los grupos nuevos Podemos y Ciudadanos acabó con el antiguo bipartidismo español, caracterizado por el dominio del PP y los socialistas en la cámara.
Ningún partido político consiguió escaños suficientes para formar un gobierno y ninguno pudo alcanzar un acuerdo de coalición con la fuerza suficiente como para sacar adelante una sesión de investidura.
Los sondeos indicaban que es improbable que volver a las urnas resuelva el estancamiento, lo que podría hacer que la parálisis política se extienda hasta el verano, e incluso plantea la posibilidad de unas terceras elecciones.
El partido de Rajoy fue el más votado en diciembre y obtuvo 123 escaños, pero perdió la mayoría parlamentaria de la que disfrutaba desde 2011. Rajoy dijo al rey que no estaba en posición de optar a la presidencia porque no tenía apoyos suficientes para una investidura.
El rey encargó la formación de un gobierno a Pedro Sánchez, líder de los socialistas, segundos más votados y con 90 escaños.
Sánchez alcanzó un acuerdo con el centrista Ciudadanos, que tiene 40 diputados, pero no pudo convencer a Podemos, de ultraizquierda y que controlaba 69 escaños, para que le permitiera gobernar apoyándole o absteniéndose en su investidura.