SALVADOR DE BAHÍA, Brasil. España se mide el viernes a Holanda en el primer partido del Grupo B del Mundial de Brasil-2014, en un duelo en que el alumno se mide al maestro ya que la federación española copió el modelo implantado en la nación centroeuropea de que las categorías inferiores jueguen como el equipo mayor.

Un holandés, Johan Cruyff a finales de los ochenta y principios de los noventa, inspirándose en el modelo del Ajax de Amsterdam, decidió que todos los equipos del Barcelona, desde las categorías de benjamines o alevines, jugaran con el mismo sistema que el primer equipo.

«Jugamos un fútbol técnico y tenemos los mejores jugadores para desarrollar este fútbol. Cruyff decía que se puede defender teniendo el balón y es una realidad.

La filosofía de España es la filosofía del Barça», afirma Xavi Hernández. La filosofía de control del balón y de pases continuos, el tiqui-taca, fue primero adoptado por el FC Barcelona y después por el seleccionador Luis Aragonés para España, mientras en la federación se decidía que todos las selecciones de la Roja jugaran de la misma manera.

«El culpable de todo fue Cruyff. Impuso un sistema en que el juego se basaba en triángulos, con dos vértices claros: el 4 (Guardiola) y más adelante el 6 (Bakero). A través de ellos se conectaba todo. El alevín, el infantil… todos los equipos jugaban igual y esa dinámica empezó a producir», explicó Xavi.

Johan Cruyff, el padre en la sombra del éxito español, repite incansable su fórmula. «Si tú tienes el balón, el otro no te puede meter un gol», afirma el holandés.

Al final, poco a poco, Holanda fue renunciando a esa fórmula y a esa filosofía, por lo que España quedó como único poseedor de la misma.

La Roja está más cerca de la selección holandesa que perdió el Mundial de 1974 que de la que disputó la final de Johanesburgo o la actual dirigida por Louis Van Gaal. «¿Con quién voy?», se preguntaba Cruyff antes de la final del Mundial de 2010.

«Soy holandés, pero defiendo el fútbol que juega España», se respondió a sí mismo. En el año 1988, Cruyff regresaba a Barcelona para poner en práctica un proyecto futbolístico de clara influencia holandesa: todo debía suceder en torno al balón.

Implantó un sistema ofensivo y defensivo revolucionario basado en la posesión, con toque preciso y en una cultura táctica de juego posicional. De esa cultura nacieron Xavi Hernández y Andrés Iniesta, piedras angulares del Barcelona y de la selección española. Por ello, al padre de la criatura, Johan Cruyff, le han dolido las críticas que ha recibido últimamente Xavi Hernández en el Barcelona.

«Los que discuten la continuidad de Xavi son unos idiotas, no tienen ni idea», aseguró el exjugador blaugrana. «Es el mejor jugador en cuanto a cabeza, de cerebro del equipo.

Él y el segundo Busquets. Son imprescindibles», añadió. Probablemente, Johan Cruyff irá de nuevo con España el viernes en Salvador. No en vano, Xavi e Iniesta son dos ejemplos de su filosofía, aunque fuera importada de Holanda.