Madrid.  EFE.  España es el país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) que ha sufrido la mayor caída en la entrada de inmigrantes como consecuencia de la crisis económica, informa esa organización en su informe anual sobre flujos migratorios. Según el documento, España está a la cabeza de los 30 países de la OCDE en pérdida de inmigrantes, con una bajada del 43% en 2008 respecto al año anterior. Si en 2007 llegaron a España 682.300 inmigrantes, en 2008 la cifra se situó en los 391.900 personas, esto es, un descenso de 290.400. La salida de inmigrantes también aumentó un 15% en 2008 y fue del orden del 50% en el caso de la mano de obra procedente de otros países de la Unión.

La OCDE señala que el «predecible» descenso de recién llegados a España se debe «al deterioro de la economía», que repasa con los datos de paro y de caída del PIB. El estudio afirma asimismo que «las condiciones de los inmigrantes han empeorado al tiempo que la recesión se hacía más profunda».

El informe recuerda que antes de la crisis la llegada de mano de obra extranjera fue muy importante y se produjo en un breve lapso. La población extranjera en España en 2008 era del 14,1% en comparación con el 4,9% del año 2000. «Este es el mayor crecimiento de la tasa de inmigración observado en el menor periodo de tiempo en un país de la OCDE desde la II Guerra Mundial. En Europa, solo Alemania tiene más inmigrantes». El número de trabajadores no españoles trabajando y cotizando a la Seguridad Social alcanzó en el 2008  2,1 millones, cifra que cayó en enero de 2010 a 1,8. El paro entre los extranjeros en España ha aumentado del 21,3 del cuarto trimestre de 2008 al 29,7% en 2009.

El documento explica  por el programa aplicado por España  para patrocinar el regreso de los inmigrantes a sus hogares al inicio de la crisis, en 2008, a juicio de la OCDE, no ha sido plenamente usado: de 136.000 personas que podían acogerse al programa en junio de 2009, solo 10.000 se habían acogido a él en hacia noviembre de 2009.