Madrid.  Agencias.  La vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, afirmó que si hubiesen sido conscientes de la gravedad de la crisis que se avecinaba y su impacto en los ingresos públicos, no hubieran suprimido el Impuesto sobre el Patrimonio, lo que supuso que las arcas del Estado dejaran de ingresar unos 1.800 millones de euros al año.

 La ministra reconoció  que la medida, tomada en abril de 2008 con carácter retroactivo al 1 de enero aunque anunciada por el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, durante la campaña electoral un año antes, quizás no fue correcta en la medida en que ahora el Ejecutivo ha subido los impuestos y aplicado fuertes recortes del gasto para reconducir el déficit público.

«Tal vez, si hubiéramos previsto esta crisis, no hubiéramos eliminado el Impuesto de Patrimonio», ha admitido Salgado un día después de que el propio Zapatero reconociese ayer en TVE que tardó en ver la recesión, tal y como también pasó con muchos organismos económicos internacionales. Dentro de este ejercicio de autocrítica, la ministra ha reconocido que «quizás podíamos haber adoptado medidas más rápidas», pero ha añadido que, con la información de la que disponían, su antecesor en el cargo, Pedro Solbes, «tomó las decisiones acertadas» para luchar contra la crisis. De hecho, el Gobierno ni se plantea recuperarlo.

Sin embargo, dos años después de aquella decisión, de la que Zapatero presumió dentro de sus actuaciones para superar la recesión junto a la ya desaparecida deducción de los 400 euros, el Gobierno se ha visto obligado a subir los impuestos. La reforma fiscal entra dentro del plan de austeridad que España ha enviado a Bruselas con el objetivo de reducir el déficit del Estado desde el 11,4% en el que cerró 2009 hasta el 3% de aquí hasta 2013.