BARCELONA. Las autoridades españolas intensificaron el sábado la búsqueda del supuesto líder de una célula extremista islámica que perpetró ataques con autos en Barcelona y en una localidad turística de la costa catalana, mientras investiga los lazos entre los ciudadanos marroquíes que formaban el grupo. Durante la madrugada, la policía registró dos autocares en el noroeste de Cataluña en busca de más miembros de la célula.
Los cateos en Girona y Garrigas no arrojaron resultados, según tuiteó la policía catalana, los Mossos D’Esquadra. La policía empleó el mismo medio para anunciar que también el sábado efectuaría una serie de explosiones controladas en la localidad de Alcanar, al sur de Barcelona, donde la célula planeó la masacre en una casa rentada que quedó destruida en la víspera de la tragedia en una explosión al parecer accidental.
En un primer momento, las autoridades habían calificado el incidente del miércoles en la noche como una explosión de gas de uso doméstico, pero volvieron a inspeccionar la zona el viernes y de nuevo el sábado. Las autoridades creen que el estallido del miércoles, en el que murió al menos una persona y provocó heridas a otra que ahora está detenida, evitó un ataque más letal con explosivos y obligó a los radicales a emplear en su lugar vehículos más «rudimentarios».
En un mensaje en Twitter el sábado por la mañana, la policía autonómica pidió a los residentes de Alcanar que no se alarmasen por las explosiones controladas. Los ataques extremistas comenzaron el jueves por la tarde, cuando una furgoneta alquilada entró al histórico paseo peatonal de Las Ramblas, en el corazón de Barcelona, y arrolló a residentes y turistas, matando a al menos 13 e hiriendo a un centenar de personas más. Horas después, cinco radicales atropellaron a viandantes junto al paseo marítimo de la localidad turística de Cambrils.