MADRID. AFP. El gobierno español mejoró este viernes sus previsiones de desempleo para 2013 y 2014, aunque la tasa seguirá siendo superior al 25%, y confirmó que el crecimiento en 2014 será mejor situándose en el 0,7% en lugar del 0,5% anterior.  

La tasa de paro prevista para 2013 es del 26,6%, frente al 27,1% prevista hasta ahora, y la de 2014 será del 25,9%, frente al 26,7% de las anteriores previsiones.  

El PIB, que debería bajar un 1,3% este año, avanzará en 2014 un 0,7% y no un 0,5% como estaba previsto antes, afirmó también el gobierno, confirmando la cifra adelantada esta semana por el jefe del ejecutivo, Mariano Rajoy.  

El gobierno también revisó a la baja las cifras de déficit de 2011 y 2012, lo que debería facilitar alcanzar los objetivos previstos para los próximos años.  

El déficit de 2011 fue así del 9,07% del PIB, frente al 9,4% publicado anteriormente, y el de 2012 fue del 6,84% y no del 7%.  

La portavoz del gobierno, Soraya Saénz de Santamaría, hizo estos anuncios tras la aprobación del proyecto de presupuestos del Estado para 2014, «unos presupuestos responsables y realistas en los que se busca equilibrio entre la necesaria austeridad y el impulso de la recuperación».  

España, cuarta economía de la zona euro, debería salir de sus dos años de recesión en el tercer trimestre, con un crecimiento previsto de entre el 0,1 y el 0,2%.  

«Son los primeros presupuestos de la recuperación económica», aseguró el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, mientras que su colega de Economía, Luis de Guindos, se mostró más prudente, afirmando que se trata de «una recuperación muy pequeña, todavía frágil, pero que está ahí». 

 «El año 2014 marca un punto de inflexión importante respecto a los que vivimos desde 2008», año del estallido de la burbuja inmobiliaria, al mismo tiempo que comenzaba la crisis financiera internacional, subrayó, no obstante, De Guindos.  

España, que se ha comprometido a reducir su déficit público al 6,5% del PIB en 2013 y al 5,8% en 2014, mantiene, no obstante, la senda de austeridad, previendo congelar, por cuarto año consecutivo el salario de los funcionarios y limitar las pensiones, que ya no seguirán el ritmo de la inflación.