Naciones Unidas. España defendió hoy en la ONU la necesidad de que las víctimas del terrorismo aporten un “relato alternativo” al que pretenden imponer los grupos radicales y que su testimonio sirva para “combatir la propaganda” que promueve el extremismo.

“Los terroristas no son soldados de una causa. Son criminales”, afirmó el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, al intervenir hoy en una sesión especial del Consejo de Seguridad de la ONU.

La sesión fue convocada para escuchar el testimonio de víctimas de actos terroristas en todo el mundo. Además de García-Margallo, cuyo país preside este mes el Consejo de Seguridad de la ONU, participa también el ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz.

En su intervención, en una de las salas de la ONU, García-Margallo dijo que “la voz de las víctimas debe contribuir a reducir la radicalización y el reclutamiento en las sociedades o comunidades más vulnerables y afectadas por el terrorismo».

“Las víctimas nos ayudan a combatir la propaganda de incitación a la violencia y de glorificación de los actos terroristas más crueles”, insistió.

El ministro español, que estaba acompañado por víctimas de actos terroristas en diversos países, insistió en que la reunión buscaba “decirle al terrorista que pone una bomba o aprieta un gatillo por la espalda que no es un héroe».

“Queremos que la voz de las víctimas contribuya a generar un relato alternativo del terrorismo y anular las supuestas motivaciones políticas o sociales que pueden alegar los terroristas”, insistió el alto funcionario español.

“Las víctimas nos ayudan a combatir la propaganda de incitación a la violencia y de glorificación de los actos terroristas más crueles”, dijo García-Margallo en la sesión, a puerta cerrada, de acuerdo con el discurso escrito facilitado a la prensa.

El ministro español mencionó varias acciones de la banda terrorista ETA, a partir del asesinato de Begoña Urroz, de 22 meses, el 27 de junio de 1960.

También mencionó el caso del concejal Miguel Ángel Blanco, secuestrado y asesinado en 1997 y cuya hermana, María del Mar, estaba presente hoy en la reunión del Consejo de Seguridad, como presidenta de la Fundación Víctimas del Terrorismo.

Pero también se refirió a las 3.000 víctimas mortales causadas por el terrorismo yihadista en Estados Unidos en 2001 y las 190 que hubo en Madrid en 2004, así como las “atrocidades” del Estado Islámico, Boko Haram o Al Qaeda.

“En esa lucha desigual, pero justa, de la palabra contra el terror, es esencial implicar a la sociedad civil en nuestra estrategia”, afirmó el ministro español.