España, “referente mundial” en investigación y consumo de fotoprotectores

España, “referente mundial” en investigación y consumo de fotoprotectores

Madrid. España es “referente mundial” en investigación y consumo de fotoprotectores. Una industria que sigue creciendo y trabajando por la seguridad de los cosméticos solares, además de transmitir hábitos responsables a la población, como el de contar con una protección adecuada durante todo el año.

“El sol es beneficioso para la salud, se puede y se debe hacer una vida al sol, pero siempre con una protección adecuada durante todo el año”, explica la dermatóloga María Alejandra Vitale, directora médico de IFC (Industrial Farmacéutica Cantabria), una de las asistentes al segundo desayuno “Conversaciones con la Belleza”, organizado por Efe Estilo.

Un debate celebrado en la Agencia Efe en el que también participaron Carmen Esteban, directora científica del Stanpa (Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética), Luca di Martino, director de Asuntos Reglamentarios de Johnson&Johnson, Carles Trullas, director de Innovación de ISDIN y Val Díez, directora general de Stanpa.

“La melanina es el único producto natural que protege a la piel del sol, pero su capacidad es limitada”, ha explica la dermatóloga Vitale.   Por ello, es necesario poner una barrera de protección solar durante los 365 días de año; “los rayos ultravioletas, infrarrojos y la luz visible (la luz del día) no descansan”, declara Esteban.

Pero, ¿qué es un producto de protección solar? “Un cosmético con filtros ultravioletas que detienen las radiaciones UVB y UVA, asociadas a distintos tipos de cánceres”, detalla Trullas.

Las cifras son reveladoras, el cambio climático lleva a que “el deterioro, en un uno por cien, en la capa de ozono, influye de igual manera en el incremento del cáncer de piel».   Detrás de los fotoprotectores existe una gran investigación.

El objetivo de las compañías es hacer productos eficaces, por lo que invierten en I+D gran parte de los beneficios de su facturación.   “Se tarda más de tres años en desarrollar un producto nuevo y por lo menos un año en modificar su textura”, explica Luca di Martino.

Más de treinta ingredientes son los que se formulan para conseguir un buen producto, y cada uno de ellos tiene una ficha de seguridad y toxicidad que garantiza su eficacia.   Cada tipo de piel requiere unos cuidados y una protección especial.

En dermatología se distinguen seis fototipos de piel según su capacidad para proteger de la radiación solar. Desde el tipo I (la piel blanca que se quema con facilidad y no se broncea), hasta el tipo VI (piel negra que tiene una profunda pigmentación).

En relación a estas categorías, el factor de protección solar, conocido como SPF, indica el tiempo aproximado que los filtros solares del producto protegen frente a las quemaduras provocadas por los UVB.   Cuanto mayor es el SPF, “más aumenta la capacidad de nuestra piel de estar expuesta al sol sin quemarse».

Y este factor aparece siempre en la etiqueta del producto junto con una escala de protección (baja, media, alta y muy alta), recuerda Esteban.

“La piel tiene memoria”, dice la doctora Vitale, quien advierte de que la falta de protección en la infancia puede llegar a desarrollar “un cáncer de piel veinte años después».

Ante la duda de si a los bebés se les deben de aplicar fotoprotectores, la dermatóloga asegura que “debido a su sistema inmunológico, a los niños menores de seis meses no se les tiene que exponer al sol, pero si se hace, lo más responsable es aplicarles un producto pediátrico».

La seguridad solar pasa por el buen uso del producto. Se debe aplicar en casa, media hora antes de que el sol incida sobre la piel y de manera uniforme por todo el cuerpo, para lo que se requiere una cantidad de treinta miligramos, es decir, “generosa».

“A los quince minutos de estar expuesto al sol, la piel comienza a fabricar radicales libres, lo que provoca el deterioro del ADN de las células”, advierte la doctora Vitale.

Otros aspectos, como la resistencia del fotoprotector al agua o la cantidad de producto que arrastra la toalla, son determinantes. “El protector solar se tiene que aplicar cada dos horas, aunque la persona se cobije a la sombra o el día esté nublado”, puntualiza Trullas.

Según la consultora Euromonitor, el mercado mundial de productos solares, autobronceadores y aftersun supera los 7.100 millones de euros anuales (unos 9.600 millones de dólaeres)   “España alcanzó los 300 millones de euros (405 millones de dólares), lo que la sitúa en un referente mundial en investigación y consumo de fotoprotectores”, concluyó Val Díez.

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