VERACRUZ, México. El ministro de Exteriores español, José Manuel García-Margallo, restó importancia hoy a las notables ausencias de los presidentes de Argentina, Brasil, Cuba y Venezuela en la Cumbre Iberoamericana de Veracruz, este de México, en la que se trata de refundar este languidecido foro.

«Queríamos refundar la relación, el espacio iberoamericano. ¿Es fácil? No es fácil, no voy a ocultar que aquí hay sensibilidades distintas, visiones del mundo diferentes y que eso produce cada vez que hay un encuentro de este tipo diferencias», dijo el canciller a periodistas.

Minimizando la trascendencia de las bajas, García-Margallo consideró «una buena señal» que la cumbre siga celebrándose desde 1991 por impulso de España a pesar de haber quedado debilitada frente a nuevos foros regionales como la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) o la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

«Lo que las cumbres (iberoamericanas) no van a ser es pentecostés, que se aparezca el Espíritu Santo y que las diferencias desaparezcan, yo me haga bolivariano o (el presidente venezolano, Nicolás) Maduro se haga demócrata-cristiano. Estas cosas no pasan», ironizó.

García-Margallo también aseguró que el presidente cubano, Raúl Castro, que el lunes fue anfitrión de una cumbre en La Habana de la Comunidad del Caribe (Caricom), «iba a venir pero se ha encontrado con que sus colegas del Caribe han decidido pasar más días en Cuba».

La XXIV Cumbre Iberoamericana de Veracruz, la primera del nuevo monarca español, Felipe VI, concluirá este martes sus trabajos, enfocados en los temas de educación, cultura e innovación.