España sigue de cerca los disputados comicios en Cataluña

España sigue de cerca los disputados comicios en Cataluña

Barcelona. Los votantes catalanes enfrentaban el jueves una decisión crucial en las elecciones regionales: apoyar a partidos políticos decididos a mantener la presión para convertir su comunidad autónoma en el país más joven de Europa o inclinarse por los que quieren seguir formando parte de España.

La crucial votación pretende poner fin al estancamiento político en torno al asunto de la secesión. Pero es probable que ningún bando consiga una mayoría clara en el nuevo parlamento regional, lo plantea el escenario de largas y complejas negociaciones para formar un nuevo gobierno catalán.

Los sondeos de opinión sitúan a los candidatos separatistas, algunos prófugos o en prisión, igualados con los unionistas, que afirman estar en la mejor posición para devolver la estabilidad y el crecimiento a Cataluña.

Se espera una participación récord y el resultado podría depender de los indecisos, que suponen más de un quinto de los 5,5 millones de votantes. Los casi 2.700 centros electorales permanecerían abiertos hasta las 20:00 y los resultados se conocerán unas pocas horas después.

El centro de la batalla fue la llamativa iniciativa independentista que arrojó a España en su peor crisis política en varias décadas.

Los legisladores regionales separatistas hicieron una declaración unilateral de independencia el 27 de octubre, lo que llevó al gobierno español a tomar la dramática medida de destituir al gobierno catalán y disolver el parlamento autonómico.

El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, convocó elecciones anticipadas, con las que espera mantener a los separatistas fuera del poder. Sin embargo la estrategia podría conseguir el resultado opuesto si las elecciones producen una mayoría independentista en el parlamento catalán. Aun así, Rajoy afirma que la independencia de Cataluña iría en contra de la Constitución española y rechaza aceptar esa posibilidad.

Los separatistas, incluido un expresidente regional que está en Bruselas para huir de las autoridades españolas y a otro que ha hecho su campaña desde una cárcel cerca de Madrid, tampoco se han mostrado conciliadores.

Manuel Abella, un jubilado de 64 años, dijo que votará a Ciudadanos, un partido liberal partidario de la unidad de España y que es uno de los mejor posicionados en los sondeos.

Abella dijo que no le gusta lo desagradable que se ha vuelto la división entre separatistas y unionistas. «El problema que tenemos es que ahora la gente está dividida, o estás con nosotros o contra nosotros», dijo. «He experimentado esto en mi propia familia. Hemos llegado a un punto en el que ahora no podemos hablar de política».

Sergi Balateu, director de marketing de 37 años, votó el jueves en la escuela Ramón Llul de Barcelona, donde hace menos de tres meses que policías antimotines emplearon la fuerza para impedir que él y otras personas participaran en un referendo de independencia que el gobierno español consideró ilegal.

Balateu dijo haber votado por Junts per Catalunya, que quiere que la región se independice de España. «Votar aquí hoy es una sensación extraña» por los recuerdos de los choques del 1 de octubre, comentó, cuando él y otros independentistas formaron una cadena humana para intentar proteger las urnas del referendo.

«Para mí es una cuestión de identidad. Me siento más catalán que español», señaló. Un nuevo intento de independizar a Cataluña de España sería mal recibido en la Unión Europea, que ya lidia con las complicaciones legales de la salida británica del bloque.

Las autoridades de la UE han apoyado a Rajoy y ningún país del grupo ha apoyado a los separatistas. Las aspiraciones secesionistas catalanas también tienen poco apoyo en el resto de España.

El resultado de la batalla política es crucial para una región que supone el 19% del Producto Interno Bruto de España.