España y Cataluña discuten sobre control de policía regional

España y Cataluña discuten sobre control de policía regional

BARCELONA. — El gobierno central de España y las autoridades regionales de Cataluña discutieron el sábado sobre quién controla la policía regional, que se considera clave para el éxito de un referéndum sobre la independencia de la región nororiental, previsto para el 1 de octubre.

El gobierno catalán ya se ha comprometido a impulsar el referéndum, que el gobierno español considera ilegal. El sábado se negó a ceder el control de los agentes catalanes _los Mossos d’ Esquadra_ al Ministerio del Interior español.

Previamente, el ministerio había anunciado que comenzaría a coordinar toda la labor policial en Cataluña a fin de bloquear los preparativos para la votación, incluso con el envío de órdenes directas a los “Mossos”, como suele llamarse a la mayor fuerza policial de la región del noreste español.

El control de la policía en Cataluña se ha vuelto un tema delicado, en momentos en que la confrontación política entre el gobierno autonómico independentista y las autoridades centrales se ha desbordado a las calles de Barcelona y otros lugares de Cataluña.

Se han producido protestas intermitentes a favor del referéndum, a veces por parte de miles de personas, luego de que un juez ordenó redadas en las oficinas del gobierno catalán y fueron detenidos una decena de funcionarios el miércoles.

Todos los detenidos ya habían sido puestos en libertad el viernes, aunque seis de ellos siguen siendo investigados por su presunta participación en los preparativos del referéndum.

Los sindicatos y los miembros de los cuerpos nacionales de policía han criticado desde hace mucho tiempo a los “Mossos” por no tomar medidas suficientemente enérgicas contra quienes promueven el referéndum, una consulta que el gobierno español considera ilegal.

“Denunciamos la voluntad de intervenir los Mossos, tal y como se ha hecho con las Finanzas de la Generalidad de Cataluña”, declaró Joaquim Forn, consejero de interior de la Generalitat, el gobierno regional de Cataluña, al leer un comunicado en la televisión regional.

“Desde el Gobierno de Cataluña no aceptamos esta injerencia del Estado porque se salta todos los órganos que el marco jurídico actual dispone para coordinar la seguridad en Cataluña. El Estado pretende dirigir los operativos policiales de Cataluña a través de un alto cargo del Ministerio del Gobierno español y este es un hecho inaceptable”, agregó.

Forn dijo que el máximo mando de los Mossos d’ Esquadra expresó el sábado su oposición a la medida durante una reunión con la Fiscalía Superior de Cataluña y los jefes de las dos fuerzas policiales nacionales españolas: la Policía Nacional y la Guardia Civil.

“Continuaremos trabajando como hasta ahora: ejerciendo nuestras competencias para garantizar la seguridad y orden público y estar al servicio del ciudadano”, afirmaron los “Mossos” en su cuenta oficial de Twitter.

La reunión del sábado en Barcelona evaluó las medidas tomadas hasta el momento para frenar la votación del 1 de octubre, dijo un funcionario ministerial que solicitó el anonimato porque no tenía permiso para ser nombrado en la prensa. Dijo que la medida adoptada el sábado no supone que se retire competencia alguna a los Mossos de Esquadra, como tampoco se le retira a la Guardia Civil ni a la Policía Nacional.

“Simplemente se acuerda este mecanismo de coordinación que, en lo esencial, es el mismo por el que a los MdE se les encomendó las actuaciones posteriores al atentado de Barcelona y Cambrils y nadie pensó que ello atentaba contra cualquier otro cuerpo policial o institución pública”, agregó.

Por otra parte, varios centenares de estudiantes permanecían el sábado ocupando algunas instalaciones de una universidad barcelonesa, después de pasar la noche allí en protesta contra los intentos del gobierno español de bloquear la consulta.

“Estamos demostrando que como estudiantes tenemos un papel que jugar”, dijo el portavoz de los estudiantes, Jordi Vives, a la televisión pública catalana. “Por ahora, nos quedamos en el sitio”, agregó.

Los estudiantes son parte de un grupo de unos 2.000 que se reunieron el viernes en la universidad y sus alrededores. Varios centenares ocuparon un complejo central cerca de las oficinas del rector y de otros directivos universitarios.

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