Madrid, 5 may (EFE).- El barrio madrileño de Villaverde vivió en las últimas horas momentos de gran tensión por la muerte el lunes de un joven español, presuntamente a manos de un dominicano, que derivó en agresiones contra inmigrantes y propiedades de extranjeros.

Los ánimos se caldearon al máximo en la tarde de ayer, miércoles, cuando tras el entierro del joven, muy conocido en el barrio, sus compañeros de estudios se manifestaron por las calles, donde llegaron a concentrarse medio millar de personas.

Según recoge hoy la prensa local, al menos siete dominicanos y ecuatorianos fueron golpeados y escupidos por grupos de jóvenes, que además arremetieron contra tiendas regentadas por extranjeros.

El escaparate de un locutorio telefónico fue destrozado a pedradas, sin que se produjeran heridos, aunque Patricio, el encargado del local, explicó al diario «El País» que «desde entonces no han parado de insultarnos y amenazarnos».

El despliegue policial, con varias unidades de agentes antidisturbios, evitó que los altercados continuaran.

Todo comenzó en la noche del lunes cuando Manuel G.C., español de 17 años, murió tras recibir dos puñaladas de las que se confesó autor el dominicano de 19 años J.A.M., detenido ayer por la Policía.

El suceso ocurrió después de que el fallecido discutiera con un grupo de adolescentes, de entre 12 y 14 años, por el uso de una fuente pública en un parque.

Según explicó el jefe de la Brigada Judicial de la Policía, Juan Manuel Calleja, los jóvenes no dejaron beber a la víctima y éste les afeó la conducta, por lo que los primeros le dijeron: «te vas a enterar, vamos a llamar a un grupo de amigos nuestros».

Tras la advertencia, llegaron al parque un grupo de ocho o nueve jóvenes latinoamericanos a los que se intenta ahora identificar y que, según Calleja, decidieron «arreglar la situación a golpes en un cuerpo a cuerpo entre el fallecido y el supuesto agresor, que llevaba un arma blanca».

A la Policía no le consta que el detenido, que no tiene antecedentes y reside en España como estudiante, pertenezca a alguna banda conocida por sus actividades violentas.

Pero los vecinos de Villaverde denuncian que viven a diario situaciones de violencia e intimidación, que achacan a grupos organizados de inmigrantes, principalmente latinoamericanos.

«La gente está muy enojada, pero nosotros no tenemos la culpa. Por unos dominicanos malos, no podemos pagar todos», explicó Gustavo, propietario de otro locutorio telefónico que decidió cerrar el local por «pánico», según relata el diario «El Mundo».

Este periódico asegura que grupos de jóvenes españoles recorrieron el barrio «a la caza de inmigrantes sospechosos» y que acudieron a un parque donde se reúnen cada tarde dominicanos, colombianos y nigerianos, sin lograr encontrarles.

«Otros días esto está lleno de estos delincuentes que nos amenazan y no nos dejan ni jugar. Hoy nadie quiere salir a la calle», dijo uno de los jóvenes a este diario.

El asesinato del joven español es el último de una larga lista de crímenes violentos cometidos en la región de Madrid en los últimos meses, una situación que preocupa a las autoridades.

El consejero de Justicia e Interior del Gobierno regional, Alfredo Prada, afirmó ayer que «no queremos que Madrid se convierta en el Chicago de los años 20» y consideró «lamentable que sigamos amaneciendo muchos días, demasiados, con la noticia de un nuevo asesinato en nuestra Comunidad».

La solución, añadió, pasa por «políticas preventivas y la presencia policial en las calles que eviten la comisión de crímenes o de graves delitos».