Españoles no salen de deuda ni  siquiera entregando  casas

Españoles no salen de deuda ni  siquiera entregando  casas

MADRID. AP.La crisis de la burbuja del mercado inmobiliario se ensaña con particular fuerza con los españoles, que no pueden librarse de la deuda hipotecaria impaga ni siquiera si entregan sus viviendas. La deuda se mantiene e incluso es traspasada a los herederos de las personas en mora. 

— Irene González espera angustiada saber si se beneficiará de un decreto de emergencia del gobierno que protege a la gente como ella, que está a punto de perder su vivienda por no poder pagar la hipoteca.    González, de 45 años, está trabajando solo por horas en la pequeña firma de acondicionadores de aire donde antes trabajaba a tiempo completo. Es una madre soltera con dos hijos, que vive en un pequeño departamento de un barrio pobre que ella y su hoy ex marido compraron en el 2001, cuando la nación tenía una economía floreciente y se vivía un boom en el mercado de bienes raíces.    Dice que no puede pagar la hipoteca y que su ex marido, que se encargaba de esos pagos, dejó de hacerlos hace varios años, cuando estalló la burbuja en el mercado de la construcción. 

Incluso si se le da un respiro de dos años durante los cuales la vivienda no sería ejecutada, una vez cumplido ese período ella y su ex marido seguirán debiendo 140,000 euros (183,000 dólares) de la hipoteca, gastos legales e intereses. Si no cancelan la deuda, la heredarán sus hijos, de 13 y ocho años.    España ha soportado una ola de ejecuciones hipotecarias que generaron protestas y al menos dos suicidios de personas que estaban a punto de ser desalojadas de sus viviendas.    “Lo que yo quisiera es entregarle la casa al banco y quedar libre de deudas”, expresó González.

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Libres de deudas

 Activistas quieren que se sancione una ley de insolvencia que permita a quienes no pueden pagar sus hipotecas entregar sus viviendas, como se hace en países como Estados Unidos, y quedar libres de deudas.    En la vecina Francia, por ejemplo, si alguien no puede pagar la hipoteca, un organismo oficial actúa como árbitro entre el banco y el propietario. Si esa mediación no funciona, el banco puede llevar al propietario a los tribunales y  rematar la casa.

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