Españoles rechazan violencia, piden seguridad

Españoles rechazan violencia, piden seguridad

MADRID (EFE).- Miles de vecinos del distrito madrileño de Villaverde, escenario del asesinato de un joven español a manos de un dominicano el pasado día 2, salieron ayer a la calle para rechazar la violencia y reclamar más seguridad a las autoridades.

Los asistentes -unos 3.500, según la Policía, y alrededor de 8.000, de acuerdo con los convocantes- se manifestaron tras una pancarta en la que se leía «No a la violencia y sí a la convivencia».

Entre ellos estaban los padres del joven de 17 años apuñalado el pasado lunes en Villaverde, que se encontraban arropado por varios políticos locales, algunos de los cuales fueron recibidos con abucheos y pitadas y con gritos de «justicia» y «más seguridad».

La situación tensa que vive Villaverde comenzó el pasado día 2, cuando una disputa entre dos grupos de jóvenes por el uso de una fuente pública terminó con el apuñalamiento mortal de Manuel G.C., asesinato del que se confesó autor el dominicano de 19 años J.A.M., detenido por la Policía.

Posteriormente, el día 4, Villaverde vivió horas de gran tensión que derivó en agresiones contra inmigrantes y propiedades de extranjeros, pues los ánimos se caldearon al máximo entre los amigos, familiares y vecinos que acudieron al entierro del joven.

Ese día, varias personas de nacionalidad dominicana y ecuatoriana fueron golpeadas y escupidas por grupos de jóvenes que, además, apedrearon tiendas regentadas por extranjeros, aunque el despliegue policial evitó males mayores.

Entre los pocos extranjeros que hoy se sumaron a la protesta, Marina, una dominicana de 37 años, señaló que lleva cinco años en Villaverde y «no es un distrito racista», pero desde la muerte de Manuel se ha producido algún altercado como el sufrido por su amiga Esmeralda «a la que intentaron agredir el otro día con palos y cadenas».

Pidió «que se haga justicia» con el presunto homicida y añadió que, «si ya está preso, no debemos pagar justos por pecadores».

La manifestación transcurrió sin incidentes de importancia, aunque algunos vecinos mostraron su malestar y otros dijeron que no veían «normal que los que vienen de fuera tengan todos los derechos y nosotros nada».

Cuando ya concluía la manifestación, un grupo de personas insultó a una mujer negra que se asomó a la ventana, aunque la organización realizó continuos llamamientos a la «convivencia» por megafonía.

El acto concluyó en el callejón donde el joven murió apuñalado y, tras un minuto de silencio, la multitud rompió en aplausos, al tiempo que coreaba el nombre de la víctima: «Manu, Manu».

A continuación, los padres de Manuel depositaron un ramo de flores blancas en el lugar exacto en el que murió su hijo.

La manifestación se disgregó sin incidentes, aunque una hora más tarde se formaron corrillos de vecinos, en su mayoría integrados por jóvenes que permanecían donde falleció Manuel.

Por otra parte, el portavoz del Voluntariado de Madres Dominicanas (VODAME), Pedro Alvarez, señaló hoy en rueda de prensa, respecto a los ataques sufridos, que la «extrema derecha busca conflictos en cualquier barrio para sacar provecho de la situación».

Alvarez destacó que Villaverde ha sido «sumamente acogedor» con los inmigrantes dominicanos, por lo que «sorprende que haya surgido allí el brote de violencia».

Alertó de la falta de recursos sociales para integrar la inmigración en Villaverde y aseguró que otros barrios de Madrid están en circunstancias parecidas.

«Un delincuente es un delincuente y un emigrante un emigrante», por lo que «la Administración debe de ser inflexible en la aplicación de la ley contra los delincuentes», aseguró.

Ante la posibilidad de que Villaverde pudiera ser el escenario en el que grupos neonazis hacen «apología del racismo», según diversas denuncias, el delegado del Gobierno central en Madrid, Constantino Méndez, y el concejal de Seguridad del Ayuntamiento, Pedro Calvo, anunciaron la víspera que pedirán una investigación a la Fiscalía.

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