Españoles recuerdan ataque

Españoles recuerdan ataque

MADRID (AFP).- Con una misa católica solemne en la catedral de la Almudena, España concluyó su tributo el viernes, día de luto nacional, a las víctimas de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, al cumplirse el primer aniversario de esos ataques, que dejaron 191 muertos y 1.900 heridos.

Presidida por los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, y en presencia de los príncipes de Asturias, del jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, de representantes de las más altas instancias del Estado y la vida política y de familiares de afectados, el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela concelebró una misa fúnebre.

En una catedral repleta, el cardenal afirmó que los atentados fueron «la cruz de Cristo» que se hizo «presente de un modo inexplicable, absurdo y trágico» en su homilía que cientos de personas siguieron desde el exterior del templo.

Misas fúnebres celebraron las embajadas de Ecuador, Perú y Colombia en Madrid memoria de sus 12 nacionales muertos en los atentados.

El oficio religioso en la Almudena marcó el final de una jornada de duelo, lágrimas y recuerdos por los ausentes, cuyo momento más emotivo e impresionante fue cuando al mediodía (11H00 GMT), millones de transeúntes, automovilistas, empleados de comercio y oficinistas de España, donde viven 3,5 millones de extranjeros, cumplieron cinco minutos de silencio en memoria de los difuntos y heridos del 11-M.

En la estación de trenes de Atocha, epicentro de los atentados terroristas cometidos por islamistas radicales contra cuatro convoyes suburbanos que aquella mañana venían repletos de obreros, estudiantes y empleados, en las estaciones del Pozo y de Santa Eugenia, otros dos blancos de los ataques, así como en los puntos emblemáticos de cada ciudad española, se vieron escenas similares.

A esa hora, en el Parque del Retiro, las máximas autoridades del Estado y el gobierno españoles, además de dirigentes extranjeros, inauguraban el «Bosque de los Ausentes», un conjunto de olivos y cipreses, en homenaje a las víctimas.

Pero la jornada de duelo en España, donde las banderas flamearon a media asta había comenzado a las 07Hh37 locales (06H37 GMT), hora en la que, hace exactamente un año, estallaba la primera de las diez bombas.

Durante cinco minutos, las campanas de las 650 iglesias católicas de la región autónoma de Madrid repicaron con una cadencia profundamente sombría, pese al rechazo expresado por familiares de las víctimas, pues les recordaría el momento exacto en que perdieron a sus seres queridos.

Puñados de parientes y vecinos se acercaron a primera hora a la estaciones del Pozo y de Santa Eugenia, barrios obreros del sur de Madrid, para dejar una flor, una vela encendida o simplemente recordar a quienes perdieron la vida.

«Hemos venido porque hay mucha gente que no puede venir», explicaba con timidez y llanto incontrolable una mujer aferrada al brazo de su marido, Enrique, herido por las bombas del 11-M.

Las ceremonias religiosas del viernes hicieron, al parecer, caso omiso al «profundo malestar» que tras los atentados manifestaron varias confesiones minoritarias porque todos los homenajes oficiales era de culto católico.

Los imanes de España se sumaron a la conmemoración, condenando el terrorismo en sus oraciones del viernes, día de plegaria en la fe musulmana.

Pero Al Qaida prometió la derrota de los «infieles» en un comunicado emitido en reacción a la Cumbre de Madrid por el jefe de esa red terrorista en Irak, Abu Mussab al Zarqaui.

Antes de presentar las recomendaciones en la lucha antiterrorista elaboradas esta semana en la Cumbre sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad, organizada por el Club de Madrid, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, resumió este viernes en pocas palabras el abrazo solidario con España en este día de luto.

«El mundo entero llora» con las familias de las víctimas del 11-M, afirmó.

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